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Un Nueva York de vistas, ritmos y sabores
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Daniel Camiroaga

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Por
Daniel Camiroaga

Un Nueva York de vistas, ritmos y sabores

La capital del mundo, rascacielos de vértigo estilizados, prietos y compactos que apuntan al cielo dando volumen y vida a una ciudad en tres dimensiones. Nueva

Foto: Un Nueva York de vistas, ritmos y sabores
Un Nueva York de vistas, ritmos y sabores

La capital del mundo, rascacielos de vértigo estilizados, prietos y compactos que apuntan al cielo dando volumen y vida a una ciudad en tres dimensiones. Nueva York forma parte de nuestro imaginario colectivo. Incluso la primera vez se saben, recuerdan y adivinan momentos, escenas y situaciones; en definitiva, un recorrido que ya hemos vivido antes en el cine. Robert Redford paseando descalzo por Times Square; Audrey Hepburn ante el escaparate de Tiffany; un esquizofrénico Mel Gibson conduciendo un típico taxi amarillo o un inestable De Niro ejerciendo el mismo oficio por la Quinta Avenida; King Kong encaramándose al Empire State; Dustin Hoffman haciendo footing por Central Park, la Griffith cogiendo el ferry desde Staten Island a Manhattan, mientras suena Let the river run. Clark Kent saliendo del edificio del Daily News. Desde Wall Street hasta el estadio de los Yankees en el Bronx.

Desde el bellísimo Manhattan que Woody Allen retrata y resalta en blanco y negro y que contrasta con neones de color, pantallas gigantes e impactantes rótulos luminosos en Broadway, hasta los antiguos y violentos bajos fondos de Scorsese o Coppola ya pasados. “Él adoraba Nueva York, la idolatraba de un modo desproporcionado”, así comenzaba Woody su retrato en escala de grises de la ciudad a la que cantaba Sinatra "¡Una ciudad que enamora!".

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Las mejores vistas de Manhattan: desde la terraza del Museo Metropolitano y sus grandes colecciones. El bar de la azotea del Hotel Gansevoort, en el renovado distrito Meatpacking. Impresionantes también las del Press Lounge Bar del  Hotel Ink 48. Maravillosas las que se disfrutan cenando en el elegante River Café*, bajo el puente de Brooklyn, después de pasear por Heights Promenade sobre la orilla del East River. La plataforma del Top of the Rock en el Rockefeller Center, mejor incluso que las del Empire State Building y con menos colas. Coge el ferry a Staten Island para disfrutar del perfil de la ciudad desde el río.

Una perspectiva diferente es la del High Line, antigua vía de tren elevada, transformada en un paseo ajardinado desde el que se disfrutan vistas memorables de Chelsea, MeatPacking y los muelles sobre el río Hudson.

Una cita ineludible con los ritmos de la ciudad, jazz y blues, en alguno de los templos donde tocan muchos de los grandes. El mítico Blue Note, buenas hamburguesas y mejor música de artistas consagrados tocando apenas a unos metros de ti. El Smalls Jazz Club, un local intimista, que ofrece muy buenos ratos de jazz. Blues en Ear Inn, que dicen es el bar más antiguo de la ciudad, casi a orillas del Hudson. Prueba sus magníficos mejillones. El clarinete de Woody Allen y la Eddy Davis Band en el Carlyle Café.

Muchos y muy buenos restaurantes con sorprendentes sabores en el corazón de la ciudad. En Habana Alma de Cuba, en el Village, buen comida cubana, salsa, mojitos y puros que lía allí mismo José Martínez. Vinos y quesos excelentes en Taralluci e Vino. Estupendos espaguetis en Lupa. Y por supuesto la amplísima oferta de comida callejera, como los sándwiches vegetarianos de The Cinnamon Snail. Para localizarlos, como al resto de los vendors, a través de Twitter.

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Mis imprescindibles: un cappuccino en la pequeña terraza del Café Reggio; un increíble y cremoso expreso en el Café Abraco y un Red Snapper, un bloody mary en el King Cole Bar del hotel St. Regis.

Amanecer frente a Central Park, en el Hotel Plaza, no tiene precio.

*Cerrado temporalmente mientras reparan los devastadores efectos de Sandy.

La capital del mundo, rascacielos de vértigo estilizados, prietos y compactos que apuntan al cielo dando volumen y vida a una ciudad en tres dimensiones. Nueva York forma parte de nuestro imaginario colectivo. Incluso la primera vez se saben, recuerdan y adivinan momentos, escenas y situaciones; en definitiva, un recorrido que ya hemos vivido antes en el cine. Robert Redford paseando descalzo por Times Square; Audrey Hepburn ante el escaparate de Tiffany; un esquizofrénico Mel Gibson conduciendo un típico taxi amarillo o un inestable De Niro ejerciendo el mismo oficio por la Quinta Avenida; King Kong encaramándose al Empire State; Dustin Hoffman haciendo footing por Central Park, la Griffith cogiendo el ferry desde Staten Island a Manhattan, mientras suena Let the river run. Clark Kent saliendo del edificio del Daily News. Desde Wall Street hasta el estadio de los Yankees en el Bronx.

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