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Un Londres diferente y de rincones únicos
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Daniel Camiroaga

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Daniel Camiroaga

Un Londres diferente y de rincones únicos

Más allá del Londres que todos guardamos en nuestro imaginario, el palacio de su Majestad, el Parlamento, la Torre de Londres, el Big Ben o la

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Un Londres diferente y de rincones únicos

Más allá del Londres que todos guardamos en nuestro imaginario, el palacio de su Majestad, el Parlamento, la Torre de Londres, el Big Ben o la inconfundible silueta del London Eye, la ciudad esconde rincones únicos, pubs entrañables cargados de historia, pequeñas tiendas que destilan encanto, un comercio sorprendente y maravillosas zonas verdes donde refugiarse y pasear dejando correr el tiempo.

Recorrer las zonas más características de la city, en uno de esos emblemáticos autobuses urbanos. Coge el Northbound12, justo en la parada de metro de Lambeth North, y disfruta de su recorrido por el Parlamento, el Big Ben, Dowing Street, Trafalgar Square y Picadilly Circus, y Oxford Circus; y por sólo 2 libras.

Hampstead Heath, un parque natural a sólo cinco kilómetros del centro de la ciudad, un oasis de tranquilidad donde pasear por frondosos senderos escuchando solo tus pisadas, mientras aparece y desaparece la ciudad a lo lejos.

El Museo Británico, imprescindible una visita para recorrer parte de su fabulosa colección permanente. Muy cerca de allí, en Bea’s of Bloomsbury, toma el tradicional te de las cinco, riquísimas tartaletas y muffins de todos los sabores.  La Tate Modern, en la que siempre se descubren interesantes exposiciones de jóvenes artistas que vienen imponiendo nuevas tendencias. Temple Church, uno de los lugares más citados pero también olvidados de Londres. Construida a imagen de la iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén por Caballeros Templarios en el siglo XII. ¡Una auténtica joya!

Columbia Road Flower Market, uno de los numerosos mercados de la ciudad,  pequeño pero auténtico. Sus vendedores divertidos, gritan animando al público a comprar ramos de petunias, en sus coloridos puestos de flores, a buenos precios. Alrededor del mercado, los cafés y las pequeñas tiendas independientes forman parte del recorrido. Al curioso mercado de antigüedades de Bermondsey Square, la gente acude temprano en busca de las mejores piezas.

Los pubs de Londres, esencia de la ciudad, lugares donde socializar y donde sentirse como en casa. Decía George Orwell que el pub ideal debe ser lo suficientemente tranquilo para poder hablar y ser atendidos por camareras que se tomen un interés personal por cada uno de sus clientes. Detrás del Palacio de Justicia, The Seven Stars, abierto desde 1602, un lugar cargado de historia, donde sirven buena cerveza. The Albion, dicen que es el pub que más tiempo lleva abierto en Londres, con un pequeño jardín muy agradable donde si el tiempo acompaña, se puede tomar una buena pinta. El 606 Club, un verdadero club de jazz, pequeño e íntimo donde el mejor jazz inglés suena mejor y más cerca.

Cada sábado y desde las 11 de la mañana, diferentes y divertidos desayunos de ambiente victoriano en What’s the Dickens, un puesto en el mercado de Chatsworth Road. Deliciosos huevos Benedictine, muy buen café y otras recetas tradicionales.

Leadenhall Market, un gran y elegante edificio Victoriano, en el que se encuentran algunos de los mejores puestos gastronómicos de la ciudad. En la tienda de queso, puedes pasar un buen rato disfrutando de las recomendaciones que te ofrecen mientras bebes una buena copa de vino. O dos.

Brixton Market, otro de los mercados de referencia gastronómica, tanto por sus puestos de comida, como por la diversidad de restaurantes. Dicen que las mejores pizzas hechas en horno de leña de Londres se comen aquí, en Franco Manca. En Mama Lan, comida china autentica, increíbles dumplings y muy buenas sopas de noodles, todo hecho tal y como lo hacía su madre en los mercados de Beijing. 

Más allá del Londres que todos guardamos en nuestro imaginario, el palacio de su Majestad, el Parlamento, la Torre de Londres, el Big Ben o la inconfundible silueta del London Eye, la ciudad esconde rincones únicos, pubs entrañables cargados de historia, pequeñas tiendas que destilan encanto, un comercio sorprendente y maravillosas zonas verdes donde refugiarse y pasear dejando correr el tiempo.

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