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Descubre por qué el futuro de la moda depende de Bélgica
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Juan Balarezo

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Descubre por qué el futuro de la moda depende de Bélgica

Bélgica alumbra una nueva generación de diseñadores dispuestos a subvertir la moda una vez más

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Durante años, el único y lejano referente que muchos tuvimos del look que se gastaban los belgas fue el impenitente look de Tintín:pantalón bombacho y jersey azul. Aunquebien es cierto que la gabardina tenía un pase. Pero mientrasel personaje de Hergé boqueaba en un álbum póstumo de 1986, un ecléctico grupo de seis modistos alquilaba una furgoneta, apilaba en ella sus creaciones y ponía rumbo a la Feria de la Moda de Londres.

Los Seis de Amberes (Marina Yee, Dries Van Noten, Dirk Bikkembergs, Ann Demeulemeester, Walter Van Beirendonck y Dirk Van Saene) forman desde el pasado 5 de junio, con Martin Margiela, la escuadra titular sobre la que pivota la exposición The Belgians: An Unexpected Fashion Story, que se desarrolla en el centro culturalBOZAR de Bruselas. Una muestra que recoge a su vez el trabajo de maestros del patrón que, como Raf Simons, Olivier Theyskens o Kris Van Assche, supieron administrar y agrandar la herencia que recibieron.

Sin embargo, ajenos todavía a ese elitista y decadente microcosmos que, con grandes dosis de mala leche y de forma magistral, glosó Robert Altman en Prêt-à-Porter, surgen, de la trinidad compuesta por las Academias de Bellas Artes de Amberes y Gante (KASK) y la Escuela Nacional Superior de Artes Visuales de La Cambre (ENSAV), promoción tras promoción, artistas de mente asimétrica, alma inquieta y manos de cirujano. Esta es una somera recopilación de algunos de ellos, pero si te entra el gusanillo flamenco y quieres seguir indagando, la web I Love Belgiumes un excelente punto de partida.

El nuevo calzado es pura vanguardia

Una propuesta vanguardista y ecológica es la que ofrece Mats Rombaut. Este joven, que sin alcanzar la treintena ya ha trabajado para Lanvin y Damir Doma, levanta sus piezas unisex recurriendo exclusivamente a materias primas de origen vegetal y de producción sostenible, como corteza de árbol de Uganda, fibra de coco y látex natural del Amazonas y Sri Lanka. Más cartesiano es el planteamiento de Emmanuelle Lebas, que recurre a la piel de cordero y de becerro para fabricar artesanalmente en su estudio zapatos con un minimalismo cálido como protagonista.

Moda de 'enfant terrible'

En cada generación siempre surge, al menos, un enfant terrible y en este caso el honor recae sobre Jean-Paul Lespagnard. Este loco de la vida no se toma muy en serio a sí mismo y, sin embargo, cultiva una filosofía de lo más coherente: “Quiero ofrecer lujo, pero no el lujo material sino el genuino: la libertad de ser quien desees ser”. Su impronta se extiende desde la concepción de trajes para representaciones de teatro y danza hasta los escaparates de las Galerías Lafayette. Menos personalista es la labor del colectivo Studio KRJST, que teje sus colecciones –la primera de ellas la adquirió en exclusiva Opening Ceremony para su tienda de Japón– con seis hilos: impulso, ruptura, mística, introspección, subversión y sensualidad.

Lencería y baño a la última

Bajo el título de una película de Frank Capra se parapeta la sensualidad entendida por los belgas. Arsenic et Vieilles Dentellessigue los fundamentos del slow fashion y confecciona sus prendas a mano, sirviéndose de tejidos naturales y con ciertos guiños a la estética bondage. Por su parte, Momoco Bikini nace de una campaña en Kickstarter que persigue la sana intención de no tirarse de los pelos buscando esos dos trozos de tela que dignifiquen el cuerpo. Gracias a su creadora, Itza Bocken, en su Capsule 1 se pueden combinar sin restricciones tres cortes de top y braguita y dos estampados.

Joyas de la naturaleza

Con dos series en su haber –Hydrophobia y la más reciente Elements of Nature– Tine Sibbens, promotora de la marca 21-12, ha sabido mezclar técnicas de la orfebrería clásicacon materiales inéditos como el cuero de salmón para alumbrar joyas que atesoran el poder sugestivo de los fondos marinos. Una firma con espíritu contemporáneo parejo al de Kim Mee Hye que moldea sus piezas en oro, simbolismo y líneas puras; algo que la mismísima Colette ha bendecido.

Durante años, el único y lejano referente que muchos tuvimos del look que se gastaban los belgas fue el impenitente look de Tintín:pantalón bombacho y jersey azul. Aunquebien es cierto que la gabardina tenía un pase. Pero mientrasel personaje de Hergé boqueaba en un álbum póstumo de 1986, un ecléctico grupo de seis modistos alquilaba una furgoneta, apilaba en ella sus creaciones y ponía rumbo a la Feria de la Moda de Londres.

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