En la cama con Marita
Por
¿Está tu relación en fase phubbing?
¿Qué demonios es eso del phubbing?. Cuando te cuente lo que es, afirmarás llevar años sufriéndolo o incluso haciéndolo. Porque es más que probable que tú también hayas phubbeado a alguien
El phubbing hace referencia al estar más pendiente del móvil que de tu interlocutor. El término, por si hubiera dudas -que no me extrañaría-, no me lo he inventado. Este neologismo nació de un estudio científico centrado en averiguar si estamos más enamorados de nuestros móviles que de nuestras parejas. Y es ahora cuando podemos afirmar que oficialmente, hay estudios acerca de cualquier cosa. Pero este tema es especialmente delicado cuando la pareja entra en juego.
Parece ser que existen reglas no escritas -tomémoslas, por ende, con credibilidad relativa- acerca del uso adecuado del móvil cuando estamos con alguien. Si hay tres personas en la mesa y dos de ellas están hablando, la tercera puede echar un vistazo al suyo. Pero a no ser que tus citas sean con dos personas -te ruego que me escribas, porque me interesa muchísimo tu óptica-, el phubbing es una de las razones por las que las parejas discuten más a menudo y termina por ser uno de los detonantes de las rupturas. Las relaciones también se quedan fuera de cobertura cuando la atención de los miembros se rebaja.
Quizás haya llegado el momento de escribir unas normas acerca de cuándo no es aceptable sufrir o hacer phubbing en pareja, aunque soy consciente de que la validez de las mismas es completamente relativa. De hecho, os ruego que en los comentarios me contéis cuándo consideráis que no es molesto que vuestra pareja mire su teléfono y cuándo es totalmente doloroso. Porque una cosa es echar una ojeada rápida a nuestro smartphone, siempre anticipado por un “Disculpa un segundo, es importante”-, y otra muy distinta darte cuenta de que llevas una hora hablando con la carcasa de tu acompañante…
Casos en los que el phubbing es inaceptable:
• Tu pareja está enganchada a Instagram
Una cosa es que no pare de cotillear las redes sociales cuando estáis en casa -todos lo hacemos- y otra muy diferente que crea que quedar a cenar o a tomar algo sea compatible con revisar el feed de Instagram minuciosamente. Se dice y se comenta -modo ironía ON- que las fotografías de Instagram continuarán disponibles las dos horas siguientes, por lo que sentir esa imperiosa necesidad en plena cita es inaceptable. Y no querría yo sembrar la duda, pero cuidado con que esté mirando constantemente el perfil de una persona concreta, porque quizás ahí tengamos un problemita mayor…
• Tiene que mirar cada notificación de WhatsApp
Soy consciente de que es difícil no agarrar el móvil cuando este demuestra tener algo que decir, pero a no ser que se trate de un caso de vida o muerte, o que un amigo tenga un problema personal complicado, el WhatsApp puede esperar. Por no hablar de los grupos de WhatsApp, ese arma del diablo que parece turbar su paciencia a lo largo del día pero que en plena cita, sin saber cómo, se convierte en su mejor vía de escape. Quizás la forma de llamar su atención sea llevarte una careta de Emoji, pero ya sabes que mis ideas son peregrinas en demasiadas ocasiones.
• Se comporta como un colaborador de 'Sálvame'
Tiene que estar al tanto de todo lo que ocurre en el mundo y ha de ser el primero en enterarse de cualquier noticia. Lo más probable es que, por si fuera poco, la comente en alto como si hubiera recibido una exclusiva o un extraterrestre le hubiera escrito para confesarle su existencia. Si no ha ocurrido una catástrofe mundial, el que hayan salvado a un gatito de un árbol o el que Paula Echevarría se haya ido a una cala con sus amigas no es tan importante como para indagar en la noticia como si tuviéramos que parar las rotativas. Ojo: si grita un “¡Paren las rotativas!”, tienes un problema. Aunque a mí me haría mucha gracia un hombre que lo hiciera, pero lo mío con los hombres nunca ha sido algo cuerdo ni coherente.
• Cree estar haciendo un reportaje
Cuando habláis de cualquier tema, se lanza al móvil para dar más datos. Siempre es de agradecer poder sumar información a cualquier conversación, pero si tu pareja se pierde en un mar de links y parece estar más preocupado en la Wikipedia que en lo que le cuentas, quizás haya llegado el momento de pedir la cuenta. Y la ruptura.
• Le cuentas algo importante y solo asiente mientras mira su teléfono
Es más que probable que no te esté escuchando. Prueba a soltar algún comentario fuera de lugar o algo inverosímil y comprueba así si realmente está en las nubes digitales. Por ejemplo, si le dices “Y entonces me acosté con tu mejor amigo…” y recibes como respuesta un “Aha…”, o le importa lo más mínimo lo que le cuentas -porque te está ignorando- o te ha oído y entonces no le importas en absoluto. ¿Quién dijo que las trampas son siempre nocivas?
• Su FOMO es mayor que su AMOR
Porque si de verdad le importa más saber lo que están haciendo sus amigos en la barbacoa que vuestra cita, quizás haya llegado el momento de plantearte lo que está ocurriendo.
• Se cree el Jordi Cruz de las redes
Levanta el móvil a la llegada de cada plano para tomar una fotografía cenital y se pasa diez minutos eligiendo qué filtro poner a la imagen. Por si fuera poco, la acompaña de decenas de hashtags y tras probar el primer bocado, escribe un comentario digno de Tripadvisor. ¿Habéis quedado para comer y compartir tiempo o para hacer una crítica gastronómica? Porque si la segunda opción es la adecuada, al menos, es más que probable que la cena os salga gratis. Algo es algo, ¿no?
• Su móvil habla
No quiero decir que tenga una relación con Siri, sino algo mucho peor. De repente, mientras le cuentas cómo ha ido tu día, suena un vídeo de Youtube. Y es más que probable que sea un vídeo de un gato tocando el piano o de una mujer ebria cayéndose en la pista de baile. Si está en proceso de zapping virtual constante, quizás necesite montar su propio programa y tú, montar un pollo.
Puesto que el 70% de la comunicación la compone la comunicación no verbal, observar cómo tu pareja prefiere mirar su móvil a mirarte a los ojos es una señal de alarma. Y soy consciente de que la mayoría de nosotros no sabemos vivir sin el teléfono sobre la mesa, pero pasar tiempo con tu pareja debería ser algo sagrado. Intenta guardar el móvil en el bolso, silenciarlo o incluso usar la app Moment, destinada a hacerte ver cuánto utilizas tu smarphone -iPhone, en este caso- cada día.
Por cierto: quizás el problema sea que no le interesas lo más mínimo a tu novio o que él no te interesa a ti en absoluto y que el móvil se haya convertido en una vía de escape. Pero ese mensaje, querida, no te llegará por una notificación de WhatsApp. Con vuestro permiso, termino aquí el post, porque me acaba de llegar un mensaje a Instagram y no tengo a nadie al lado al que le pueda molestar que me abalance sobre el móvil.
'Antimanual de autodestrucción amorosa' (ed. Aguilar) es el primer libro que publica la periodista Marita Alonso, quien se ha convertido en nuestra consultora semanal en cosas de amor, desamor, sexo y otras dichas y desdichas. Plantéale tus preguntas e intentará darles respuesta.
El phubbing hace referencia al estar más pendiente del móvil que de tu interlocutor. El término, por si hubiera dudas -que no me extrañaría-, no me lo he inventado. Este neologismo nació de un estudio científico centrado en averiguar si estamos más enamorados de nuestros móviles que de nuestras parejas. Y es ahora cuando podemos afirmar que oficialmente, hay estudios acerca de cualquier cosa. Pero este tema es especialmente delicado cuando la pareja entra en juego.