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Jessica Alba se viste como sus muñecas
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Laura S. Lara

Escuela de Glamour

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Laura S. Lara

Jessica Alba se viste como sus muñecas

No soporto a esas celebrities que visten cual muñeca de porcelana, con vestidos tan cortos que parece que les queden pequeños y que, para más inri,

Foto: Jessica Alba se viste como sus muñecas
Jessica Alba se viste como sus muñecas

No soporto a esas celebrities que visten cual muñeca de porcelana, con vestidos tan cortos que parece que les queden pequeños y que, para más inri, al posar delante de los fotógrafos adoptan una pose más propia de una niña ridícula o una colegiala ñoña que de una top model, una actriz de Hollywood, un rostro televisivo o una cantante de éxito, con los pies torcidos hacia dentro, las manos en la boca o la lengua fuera. La última en caer en las redes de esta telaraña llamada Escuela de Glamour ha sido Jessica Alba, quien posaba de esta guisa a su llegada al programa The Late Show With David Letterman, de la televisión neoyorquina.

Alba siempre me ha parecido una chica discreta, con un cuerpo espectacular por el que muchos suspiran y una cara de facciones perfectas que a tantos otros enamora. Sin embargo, no me ha llamado nunca la atención su manera de vestir, algo que a veces es bueno. Normalmente correcta, acorde con las últimas tendencias, estilosa pero sin llegar a la extravagancia. Elegante y sofisticada, sin abusar de los accesorios. Una fashionista comedida, podríamos decir. Pero, en esta ocasión, parece que la joven madre se ha dejado influir por el gusto y las maneras de su pequeña, posando ante los fotógrafos con un vestido baby-doll (cómo iba a llamarse si no) estampado en todos azules, con demasiados volantes y tan escaso de tela por abajo que da la sensación de habérsele encogido en la tintorería. De ser así, más le hubiera valido guardarlo para su hija, que seguro que le sirve al año que viene.

El estudiado look se completaba con unos zapatos cerrados de terciopelo y plataforma, cogidos al pie con tiras cruzadas, tan toscos que al final de sus largas y delgadas piernas se me antojan superpuestos y ortopédicos, como aquellos que tras empeñarnos en encajarle a nuestra Barbie nos dábamos cuenta de que eran de otra muñeca.

¿Decía que no soporto este tipo de estilismo convertido en actitud? Pues me reitero. Pero lo peor es que se trata ya de toda una tendencia adoptada por cada vez más ‘modernillas’ que al mirarse al espejo ven a sus muñecas favoritas reconvertidas en auténticos iconos de moda. De hecho, Jessica Alba no es la primera ni será la última en tomar este tipo de posturitas y asumir un comportamiento infantiloides con aspiraciones de femme fatale ante los flashes. Sin ir más lejos, nuestra Patricia Conde, entre otras, es toda una experta. Estamos acostumbrados a ver a la esbelta presentadora de laSexta, dentro y fuera del plató, con sus cinturones anchos que algunos llaman minivestidos, sus piernas de alambre, sus cardados retro-chic y sus mil y un complementos que bien podrían formar parte del anhelado armario de aquella Barbie o de una de esas siliconadas muñecas Bratz, que son más nuevas. Visto así, más de uno dirá seguro que desea volver a jugar… pero a los médicos.

No soporto a esas celebrities que visten cual muñeca de porcelana, con vestidos tan cortos que parece que les queden pequeños y que, para más inri, al posar delante de los fotógrafos adoptan una pose más propia de una niña ridícula o una colegiala ñoña que de una top model, una actriz de Hollywood, un rostro televisivo o una cantante de éxito, con los pies torcidos hacia dentro, las manos en la boca o la lengua fuera. La última en caer en las redes de esta telaraña llamada Escuela de Glamour ha sido Jessica Alba, quien posaba de esta guisa a su llegada al programa The Late Show With David Letterman, de la televisión neoyorquina.