Kim Kardashian: cuidado, curvas peligrosas

La envidia de media población y el deseo de la otra mitad. Así es como describen muchos las curvas de Kim Kardashian, o más bien, su voluptuoso trasero. Sin embargo, la que hace unos años podía presumir de contar con uno de los culos más sexys del mundo (grande pero bien puesto), últimamente ha descuidado un poco su figura. La foto que acompaña a este texto habla por sí sola.

Kardashian entró a una cafetería hace unos días huyendo de los fotógrafos, pero estos la pillaron despeinada, sin maquillar, en chancletas... y con una ropa más propia de estar por casa. Un atuendo impropio de una famosa fashionista de artificio como ella, que no sale jamás sin botox ni tacones, y que acaparaba toda la atención en unas mallas tan sumamente ceñidas que se transparentaban.

Al fin y al cabo, las celebrities son muy diferentes sin maquillaje ni Photoshop. Incluso las que están consideras como las más atractivas del planeta.

"Estoy orgullosa de mi culo y es todo mío", aseguró en una revista la socialité estadounidense para desmentir su paso por el quirófano. La misma que sostiene que las considerables dimensiones de su retaguardia se deben a ser "mitad armenia por parte de padre". Pues bien, a mí esta "oda al trasero grande" me huele a engaño.

Y es que me recuerda demasiado a lo que consiguió Jennifer López asegurando su colosal pompis como la más valiosa de sus posesiones: poner de moda la vulgaridad. Porque con elegancia, definitivamente, se nace.