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Un día en el 'backstage' de Cibeles: entre chuletas, modernos y postizos
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Laura S. Lara

Escuela de Glamour

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Laura S. Lara

Un día en el 'backstage' de Cibeles: entre chuletas, modernos y postizos

Para alguien que no esté ducho en la materia o que nunca haya acudido a un desfile, pasarse por la MBFW Madrid esta semana

Foto: Un día en el 'backstage' de Cibeles: entre chuletas, modernos y postizos
Un día en el 'backstage' de Cibeles: entre chuletas, modernos y postizos

Para alguien que no esté ducho en la materia o que nunca haya acudido a un desfile, pasarse por la MBFW Madrid esta semana se presenta seguro como el plan más sugerente a la salida del trabajo, con permiso del afterwork. Sin embargo, los que ya nos conocemos los secretos de nuestra pasarela, ya sea por profesión o por afición, pasar la jornada entera en el pabellón 14 de Ifema es algo así como una 'muerte anunciada' de la que hay que extraer la consabida crónica diaria.

Durante cinco días toca correr tras diseñadores, modelos y famosos, saltarse comidas o malcomer si no madrugas para coger el ticket que la organización tiene a bien ofrecer a la prensa, tuitear y actualizar todas las redes sociales al minuto, pelearse por un ordenador y pasar frío en una sala de prensa en la que no hay WiFi, y recorrer una y otra vez el backstage, o lo que es lo mismo, ese laberinto secreto que existe tras la pasarela y que se asemeja a las bambalinas de un teatro en lo que respecta a estrés, nervios, ensayos y caracterizaciones varias.

Quizás sea aquí donde alguien como yo disfruta de verdad de su participación en todo este asunto. Y es que en el backstage no solo puedes enterarte antes que nadie de las colecciones que los diseñadores están a punto de subir a la pasarela, sino que si eres curioso y te atreves a perderte por la puerta de atrás, verás cosas de lo más extrañas. Anécdotas de esas que una se guarda para cuando su sobrina preadolescente y prefashionvictim le pide algo con lo que presumir ante sus amigas.

Durante los dos días que llevamos de certamen, mi cámara ya ha ‘instagramizado’ algunos tesoros ocultos, como el detalle de los volantes de un maravilloso vestido de Juana Martín, la piel de unas apetecibles botas de Roberto Verino, un vestido con increíbles bordados hechos a mano, una ‘chuleta’ para recordar a las modelos su actitud en el desfile… e incluso una mesa llena de pelo. De pelo sí, el de los extravagantes postizos que lucieron las maniquíes de Maya Hansen.

Por los pasillos del backstage te cruzas con modernitos que se visten a oscuras para llamar la atención, chicas que se escapan de clase para no perderse un desfile y niñas a las que sus padres sacan del cole antes de la hora con el mismo fin, blogueras VIP que presumen de quitarte el sitio en el front row, famosos despistados por las luces de los flashes y famosillos que tratan de hacerse notar a toda costa. En la variedad está el gusto según dicen, pero en este caso en concreto hay que aprender a apreciarlo.

Hay todo un mundo detrás de la pasarela de MBFW Madrid y aún quedan tres días para descubrirlo… ¿Me acompañáis?

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Para alguien que no esté ducho en la materia o que nunca haya acudido a un desfile, pasarse por la MBFW Madrid esta semana se presenta seguro como el plan más sugerente a la salida del trabajo, con permiso del afterwork. Sin embargo, los que ya nos conocemos los secretos de nuestra pasarela, ya sea por profesión o por afición, pasar la jornada entera en el pabellón 14 de Ifema es algo así como una 'muerte anunciada' de la que hay que extraer la consabida crónica diaria.