Adriana Abenia, como elefanta en cacharrería

En plena era de la imagen, sorprende que aún haya personajes televisivos que, a pesar de tener todo lo necesario para triunfar en pantalla, no terminen de hacerlo. De acuerdo, eso de 'triunfar' es un concepto muy relativo y no todos lo entendemos de la misma manera, pero el caso de Adriana Abenia, la rubia zaragozana licenciada en Turismo que desfiló como modelo para Armani y Prada (según Wikipedia), debutó en Telecinco con 'Fresa Ácida' y ahora se estrena como escritora, me llama poderosamente la atención.

Me explico. Hace un par de años esta 'reportera tipo', de exagerada dentadura y piernas inalcanzables, enamoró a Vasile gracias (además de a todo lo anterior) a su carácter ingenuo, natural y estudiadamente alocado. Tras su éxito en Sálvame Deluxe, donde daba voz a la gente de la calle, se convirtió en el rostro de moda de la pequeña pantalla. A partir de ahí todo fue rodado. Portada de FHM al más puro estilo Briggitte Bardot, elegida como una de las 50 mujeres más sexys del mundo según la revista DTLux... En fin, el procedimiento habitual para encumbrar a la chica guapa-barra-resultona del momento.

Adriana Abenia ha destacado en todas las revistas masculinas, pero en ninguna femenina. ¿La razón? Su falta de sensibilidad a la hora de vestir. O dicho de forma menos cursi, su pésimo fondo de armario. Como decía al principio, parece mentira que en una década en la que 'cualquiera' puede convertirse en estilista con los contactos adecuados (lo del buen gusto es secundario), una televisiva de su porte no acierte ni en un sólo photocall, y eso que conoce muy bien los dos lados del ring.

Ella sabe que ante los flashes es donde una debe marcar estilo. Sin embargo, ahí es donde Adriana suspende habitualmente. Como buena chica de laSexta, no renuncia al look tipo 'Sé lo que hicisteis', es decir, minivestido y peep toes. Nadie había sacado nunca tanto partido a esta combinación como el trío formado por Conde, Collado y Pedroche. Ni siquiera Barbie.

El problema es que cuando Abenia se tapa un poco tampoco consigue deslumbrar. Vestidos poco favorecedores, peinados extravagantes, complementos mal combinados... En cierto modo da rabia, porque la chica es mona, alta, con buen tipo, pero en ocasiones tan destartalada y fuera de lugar como un elefante en una cacharrería. Y claro, así es difícil que algo le siente bien. No obstante, quizá el problema sea que no encuentra un referente de estilo. Su compañera Anna Simon tampoco es que ande sobrada de elegancia.

También hay quien opina que en esa falta de armonía radica el secreto de su encanto. Florentino Fernández, su compañero en 'Así nos va', resumía así la personalidad de Adriana: "Es un poco peculiar en el mundo de la televisión. No cumple los patrones normales de una tía que tenga ritmo hablando, pero tiene un glamour especial y una energía que comunica muy bien con la gente". Y ella misma también parece ser consciente: "Yo no entiendo eso del glamour, se lo ha sacado Flo de la manga. A mí me visten más 'yayuna', a lo mejor se refiere a eso", bromeaba en la misma entrevista para Vanitatis.

Después de todo, puede que la moda no le interese tanto como cabía esperar. En el plató se encargan de vestirla y ahora todos sus esfuerzos están volcados en su primera novela, Lo que moja la lluvia (Planeta). Si cae en sus manos, echen un vistazo a la foto de contraportada. Lo dicho, su imagen no es lo que más le importa a Adriana Abenia. ¿Y qué hay de malo en eso?