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Laura S. Lara

Escuela de Glamour

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Laura S. Lara

A quién le importa lo que ella haga

En un tiempo no muy lejano, los discos de Alaska sobrepasaban los 15 millones de copias y ella se convertía, por sí sola, en icono atemporal.

Foto: A quién le importa lo que ella haga
A quién le importa lo que ella haga

En un tiempo no muy lejano, los discos de Alaska sobrepasaban los 15 millones de copias y ella se convertía, por sí sola, en icono atemporal. Hoy, como gran representante de la Movida madrileña reciclada en diva gay, prueba viviente de que no todas las modas son pasajeras y a punto de cumplir los 50 (el próximo jueves), Olvido Gara se ha ganado el derecho a seguir haciendo lo que le dé la gana... y además televisarlo.  

Ya nos lo avisó hace un par de décadas con el soniquete de "¿A quién le importa lo que yo haga?". Ella es así, y así seguirá. Nunca cambiará. Y nos encanta. Aunque no lo reconozcamos lo suficiente. A unos porque se ven reflejados, a otros porque les gustaría parecerse, quizás no físicamente, pero sí en lo que a despreocupado way of life se refiere.

El reality 'Alaska y Mario' (que va por la tercera temporada, señores), ha terminado de elevar a los altares a la polifacética artista. Los que ya la adoraban han recuperado la sonrisa, y los que apenas la conocían se han llevado la sorpresa. Con y sin maquillaje, la hemos visto sufrir para embutirse en una faja de cuello vuelto y nos ha confesado qué talla de sujetador usa (y le gustaría usar) en la consulta de un cirujano. Pero Olvido ha dejado claro que las apariencias engañan. Inteligente, aguda y con los pies en la tierra, muchos se habrán dado cuenta gracias a MTV de que en la 'extraña' pareja que forma junto a Vaquerizo no es precisamente ella la que da la nota. 

Con una infancia marcada por Star Trek, La Familia Monster y I Love Lucy, una adolescencia junto a Almodóvar escuchando a David Bowie y a Lou Reed, el cóctel tenía que salir, cuando menos, sabrosón. Y así ha sido. Alaska es un compendio de virtudes y defectos que, de forma casi mágica, funciona a la perfección a través de los años, las modas y los movimientos sociales. Magia negra, quizás. Al fin y al cabo es la Bruja Avería. No se ría.

Pero vayamos a su aspecto. El estilo de Alaska es, a día de hoy, imposible de catalogar, pues desde Kaka de Luxe a Fangoria, pasando por Los Pegamoides, Dinarama... y La Bola de Cristal, ha absorbido tantas influencias que no hay suficientes etiquetas para definirlo. Es, pero a la vez no es, roquera, gótica, pin up... y todas esas cosas oscuras y excéntricas que la gente 'normal' jamás sería capaz de lucir con tanta soltura.

La clave es su personalidad, no hay duda. Porque la moda le interesa, lo hemos visto en su reality y apreciado, de alguna manera, en sus pensadísimos cambios de look. Eso sí, en su fondo de armario sólo encontraremos vestidos ceñidísimos y escotes imposibles. Sin complejos. Habrá que consultarle a su diseñador fetiche, que no es otro que uno de los miembros de las Nancys Rubias. El colega de su marido se encarga de hacerle muchos de los vestidos. A partir de 'trapitos' comprados en Londres, no se piensen. Rojos y negros en su mayoría. Los mismos colores con los que tiñe su melena cada temporada. Aunque echando un vistazo a sus fotos de juventud, me pregunto si las peluquerías de los 80 no inventarían para ella el 'naranja Alaska'...

De la mano David Delfin la hemos visto más cerca de las tendencias e incluso se ha atrevido a desfilar en Cibeles. No hay nada como tener un millón de amigos artistas (y alguna mamarracha cerca) para reinventarse. Una imagen vale más que mil palabras y la suya, nos guste o no, ha sabido sobrevivir más allá de la Movida.

Para celebrar el medio siglo (este año toca, ya que los festeja de diez en diez), Olvido Gara estrena figura de cera de parecido razonable (qué pasa, en España las hacemos así) y también plan de adelgazamiento. "50 años, 50 kilos", ha dicho. Y cuidado que puede conseguirlo, ya nos lo demostró en 2010 quedándose en la mitad de Alaska. No en vano, esta vez hay cámaras en su casa para recordarle la promesa y la pizpireta Patricia Pérez será su 'nutricionista'. Como para perdérselo.

Feliz cumpleaños, Alaska.

En un tiempo no muy lejano, los discos de Alaska sobrepasaban los 15 millones de copias y ella se convertía, por sí sola, en icono atemporal. Hoy, como gran representante de la Movida madrileña reciclada en diva gay, prueba viviente de que no todas las modas son pasajeras y a punto de cumplir los 50 (el próximo jueves), Olvido Gara se ha ganado el derecho a seguir haciendo lo que le dé la gana... y además televisarlo.