Entre amigas (y princesas)

Son amigas, son australianas, son actrices de éxito y ahora también son princesas. Naomi Watts y Nicole Kidman llenarán las pantallas de cine de glamour este otoño. Sus vidas se han evolucionado paralelas desde que se conocieran en el instituto, tanto que la exmujer de Tom Cruise dejaba a sus niños a cargo de la protagonista de Lo imposible.Poco después David Lynch la sacó del anonimato con Mulholland Drive e igualó su status con el de su amiga.

Una vez que ambas han tocado el cielo en sus respectivas carreras, parecen querer dar el do de pecho definitivo, y ambas han optado por la realeza: mientras Kidman se ha metido en la nívea piel de Grace Kelly, o Gracia de Mónaco (como se prefiera), Watts ha interpretado a la eterna novia de Inglaterra, la mítica Lady Di.

Por supuesto, la polémica ha rodeado, rodea y rodeará a ambos biopics, ya que estamos hablando de dos iconos de estilo (en todos los sentidos de la vida) claves en el siglo XX, con su propio ejército de adoradores radicales detrás. Pero de lo que estamos seguros de que no se hablará será de la ausencia de glamour, porque si por algo destacan las dos actrices es por derrochar estilo allá por donde pisan. Además, han tratado de que no haya trampa ni cartón, sin excesivas caracterizaciones que resten valor a sus interpretaciones.

Claro que no siempre los resultados son los esperados. La película sobre Diana de Gales no ha tenido las críticas esperadas tras la premier en Londres. Las malas lenguas se aventuraron a decir que cualquier otra actriz (o actor, en concreto Wesley Snipes) con peluca rubia lo habría hecho mejor que Naomi Watts. Y eso que la protagonista de King Kong se esforzó hasta la obsesión para no defraudar a los hijos de Lady Di.

En cuanto a la australiana, y tras ver el primer tráiler, no cabe duda de que hará galatodo el glamour que rodeó en su día a otra princesa, la de Mónaco; aquella estrella de Hollywood que se casó con un joven Rainiero para hacer realidad un sueño… y una historia de película. Eso sí, en este caso los resultados se vislumbran aún peores a tenor de lo que la Familia Real monegasca ha declarado, ya que se han encargado de dejar claro que se basa en una parte de su vida "cargada inútilmente de glamour y de inexactitudes históricas".