San Francisco, el rincón más europeo de EE.UU.

San Francisco es definitivamente una de las ciudades más bellas y más especiales que he conocido en los Estados Unidos, con todas las ventajas de Nueva York pero en tamaño reducido. Es una mezcla de culturas y políticas de todos los lados del mundo donde la orden del día es la fusión y la convivencia.

 

Aquí puedes atravesar la ciudad a pie en tres horas e ir entrando en un mundo diferente cada diez minutos. Pasas del barrio Chino al Italiano, de ahí al Financiero y al Mexicano. Y aunque sea una metrópolis, lo más maravilloso es que está rodeada de bosques y montañas como las de los Parques Nacionales de Carmel y Yosemite.

 

Es muy europea, y digo esto para identificarla con un estilo de vida sin menospreciar el estadounidense. Todos hemos visto y conocemos películas con los rincones más pintorescos de SF (casas pintadas en Álamo Square, Muelle Pier 39 y Alcatraz, la calle en zig-zag de Lombard, Chinatown o los miradores de Twin Peaks y Coit Tower) y su famosísimo tranvía. Desafortunadamente, el encanto tradicional que tuvieron estos sitios ha dado paso a un entorno algo kitsch reservado casi exclusivamente a grupos de turistas de todo el mundo. Aún así… ¡vale la pena!

 

Desayuno con diamantes... artísticos

 

La ciudad es un verdadero hervidero de diferentes culturas. Eso sí, el ritmo es muy relajado, transmite tranquilidad en lugar del estrés tan típico de las grandes urbes estadounidenses. La gente disfruta de largas comidas, de sesiones de horas relajadas con los amigos entre semana e incluso de salir a cenar más tarde que en muchos otros lugares del país.

 

¡Que pasada es el Clift Hotel! Diseñado por Philippe Starck y muy parecido al Mondrian de Los Ángeles, cuenta con uno de los bares más exclusivos de la ciudad, el Redwood Room, cuyas paredes de madera son de un único ejemplar de secuoya. Este local tiene muchos años; ahora está prohibido el uso de dicha madera. Para cenar, el restaurante Asia de Cuba del Hotel Clift ofrece excelente una comida de fusión latino-asiática.

 

También os recomiendo el W Hotel (181 3rd Street San Francisco 94103), en el corazón de la ciudad. Para empezar el día degustad un exótico té en Samovar Tea House (730 Howard Street, San Francisco CA 94103). Enfrente se encuentra el museo de arte moderno, el SFMOMA (151 3rd Street, San Francisco, CA 94103) donde siempre pasamos para ver las fabulosas instalaciones de video-arte. Hay mucho que ver en esta zona: Fisherman´s Warf con sus maravillosas vistas a la bahía, Embarcadero, North Beach y Chinatown quedan muy cerca y son puntos de interés.

 

Cenas con mucho espectáculo

 

Prefiero ir directamente a Alcatraz, muy conocida por el famoso criminal Al Capone. Está situada en medio de la bahía tiene vistas de la ciudad y al Golden Gate Bridge. Después de este paseo, una de las joyas mas especiales del Embarcadero -y tendría que decir de la ciudad entera- es el Teatro Zinzani. Se trata de un restaurante único y mágico que ofrece una cena deliciosa de cinco platos y está situado en la mitad de un espectáculo de circo, teatro y cabaret donde el camarero puede ser un contorsionista o un trapecista.

 

 

Otro sitio genial es Asia SF. Además de un original menú de comida fusión asiática (38 dólares por persona) y sus creativos cócteles tiene un espectáculo divertidíííííísimo. Situado en el barrio de SoMa, las chicas de Asia SF (casi todas drag queens) os harán pasar una de vuestras mejores noches en San Francisco. Entre sesiones de maquillaje y cambio de tacón, estas señoritas nos sirven mojitos y quesadillas de pato mientras nos seducen con sus enormes tacones. Reservad con antelación. Os recomiendo que no dejéis este restaurante-show para el ultimo día.

 

Cuando el cuerpo os pida algo más familiar, en Lalola podréis tomaros un pincho de tortilla o una piruleta de pulpo a la plancha de la mano de Gonzalo del Castillo, un amigo madrileño que ha abierto el único bar de tapas de San Francisco que parece salido de la Cava Baja. ¡Decidle qué vais de mi parte!¡Ambientazo!

 

En Union Square se encuentra Michael Mina, restaurante con dos estrellas Michelin. El comedor es un elegante salón en el lobby del gran hotel Westin St. Francis. Una de las características del menú consiste en servir un mismo plato preparado de tres mini-maneras diferentes. Es carillo pero vale lo que cuesta. Estamos en un área de compras por excelencia. Si quieres unos vaqueros a medida, sumérgete en el jacuzzi de la Levi´s Store para un encogido perfecto al calor de los secadores humanos. Diseña tus propias Nike en Niketown, desayuna en Tiffany’s, pasea por Macy’s, Bvlgari o Barney´s... Si lo que apetece es centro comercial con todas las marcas (desde Abercrombie & Fitch hasta Zara), el nuevo centro Westfield (845 Market St.) tiene de todo.

 

Del Castro a la Misión Dolores

 

Uno de los barrios más conocidos y emblemáticos de la ciudad es sin duda alguna Castro. Aparte de sus restaurantes, bares, coloridas tiendas de ropa interior, videos y  de juguetes para adultos, podemos visitar uno de los pocos cines construidos en los años 20 que sigue en funcionamiento: El Castro Theatre. Consultad la cartelera para participar en una de las versiones karaoke de Grease o Sonrisas y Lágrimas, o ver alguna película clásica de Alfred Hitchcock . Además es de los pocos cines en el mundo en el que todavía tocan el órgano durante una sesión de cine mudo o en los intermedios.

 

Bajando por la Castro St giramos a la izquierda en la 18 St y nos dirigimos a Dolores Park (esquina 18 St con la Church St). Desde la esquina más elevada de este parque, y sin aglomeraciones de turistas, se disfruta de una de las vistas más impresionantes de la ciudad. Si coincide con buen tiempo, podremos ver a los vecinos tumbados en la ladera de Dolores Beach, como se conoce por aquí. Cuidado con los brownies y las galletas de los vendedores ambulantes porque tienen efectos secundarios. En San Francisco los llaman efectos medicinales.

 

De las vistas del Parque Dolores, podemos visitar la Misión Dolores (esquina Dolores St y la 16 St). El cementerio, con más de doscientos años, parece salido de una película de terror. En él podemos ver las tumbas del primer alcalde de San Francisco y de algunos de los monjes franciscanos y primeros residentes de esta ciudad. Bajando por Valencia St., cuyas tiendas vale la pena mirar, llegaremos al Revolution Café (3248 22nd Street, San Francisco CA 94110) donde los domingos tocan música clásica en vivo. Está frecuentado por una tropa de artistas bohemios underground de San Francisco (poetas, pintores, músicos, directores de cine, etcétera). ¡Este es el secreto mejor guardado de SF!

 

Dos apuntes diferentes de humor y sonido para tu disfrute. Beach Blanket Babylon: aunque sea en inglés, todos los personajes de este cabaret burlesco son archiconocidos en el mundo entero. Britney, Obama y Paris Hilton entre otros cantan y bailan con unos trajes, pelucas y sombreros impresionantes para partirse de risa. El teatro está en North Beach, el barrio italiano de la ciudad, muy cerca del centro y de Union Square y Glide Memorial: Si queréis ver una misa gospel al mas puro estilo de Sister Act, el coro de esta iglesia cercana a Union Square os pondrá la piel de gallina. Las misas del domingo que se celebran a las 9 y a las 11 de la mañana son tan conocidas y espectaculares que hay que llegar con un mínimo de media hora de antelación para hacer cola.

 

La Giralda de Frisco

 

No muy lejos de la zona de Union Square se encuentra el “Embarcadero / Ferry Building”. Inspirada en nuestra Giralda, la torre del reloj de este maravilloso edificio convertido en mercado preside el principio de la Market St. Dentro del Ferry Building os recomiendo comer en uno de los restaurantes de cocina vietnamita moderna mas famosos de Estados Unidos, The Slanted Door.

 

Llegamos al Golden Gate Park. Se trata de uno de los parques más grandes de Estados Unidos en proporción al tamaño de la ciudad. En este pasillo verde que se extiende desde el centro de la península hasta las playas del Océano Pacífico se encuentran dos de los museos mas modernos de la ciudad.

 

Por un lado está la California Academy of Sciences. El nuevo planetario y edificio super-ecológico de la Academia ha sido diseñado por el arquitecto Renzo Piano. Dentro podemos ver parte de un arrecife de coral y peces traídos de Filipinas, una esfera que contiene una pequeña selva del Amazonas y uno de los planetarios más modernos del mundo. En el planetario podemos ver un documental sobre el universo, narrado por la actriz Sigourney Weaver, que es una auténtica joya audiovisual y científica.

 

El otro centro cultural en la zona es el Museo DeYoung. El diseño de este espacio, realizado por el estudio de Herzog & de Meuron, es una de las maravillas de la arquitectura moderna. Aparte de las exposiciones temporales (varios objetos de la tumba de Tutankamon se pueden ver hasta marzo de 2010), lo mejor es la torre mirador del museo con vistas de 360 grados de toda la ciudad.

 

Castro no es Chueca

 

A pesar del pasado revolucionario del colectivo durante los años 70, la noche gay en San Francisco no es tan movida como lo puede ser la de cualquier otra gran ciudad como Madrid, Nueva York o París. Los bares, discotecas, restaurantes y demás negocios en las zonas de Castro y SoMa (South of Market) dan más bien la sensación de lugares de barrio en vez de sitios modernos y de rabiosa actualidad en cuanto a música, moda e interiores. Sin embargo, algunos sitios nuevos son muy recomendables.

 

Trigger: aunque de reducido tamaño, esta discoteca en el barrio de Castro es lo último del ambiente de San Francisco. Gogós para todos los gustos y buena música hacen que en este sitio se vea lo mejorcito de la fauna gay y mixta de la ciudad. En San Francisco los bares cierran a las 2 de la madrugada, la gente suele salir a cenar alrededor de las 20:00 y de bares a partir de las 22:00. Hay algunos after pero sólo los fines de semana.

 

Black Bird (2124 Market St) también está situado cerca del corazón de Castro. Este bar de moda suele ser concurrido por gente más joven, de una media de treinta. Uno de los sitios más divertidos para disfrutar de brunch un domingo es Lime. Con barra libre de champán y música a todo trapo, este sitio gay reúne a los chicos y chicas resacosos mas marchosos de toda la ciudad.

 

Naturaleza en Yosemite

 

Si tenéis tiempo, visitad el Parque Nacional de Yosemite. A solo tres horas y media fuera de la cuidad, la carretera entre San Francisco y Yosemite Valley transcurre por las tierras del Gold Rush californiano, pasando por pueblos del siglo XIX con sus tabernas estilo western y su paisaje monumental. Al llegar al Valle de Yosemite, uno es transportado inmediatamente a un espectáculo de la naturaleza que simplemente no tiene comparación. Con más de 18 cascadas y un río de color de esmeralda, este valle está dominado por flores silvestres variadas, venados, osos, tecolotes, mariposas y está coronado por acantilados de granito que se vislumbran sobre el valle de más 1,400 metros de altura.

 

Es importante recordar que en SF se pueden experimentar las 4 estaciones, “todas en un mismo día”, como decía el actor Bob Hope. Hay que llevar algo de ropa de abrigo casi todo el año, incluso en los nublados meses de julio y agosto.

 

Así veo yo a esta gran urbe. ¡Especial, romántica y genuina! Haciendo un símil con la filosofía de empresa de Room Mate, donde cada hotel pretende ser la casa de ese amigo/a que tendríamos en estas ciudades, personas con distintas personalidades y aficiones, me divierte este supuesto:

 

“Conozco a Francisco (San) desde hace muchos años. Sus padres fueron hippies que le transmitieron toda esa serenidad y tolerancia que junto con su audacia ha hecho de él una gran persona (ciudad). De sus hermanos californianos, Ángeles (Los) es la más activa. Necesitaría que el día tuviese 36 horas en vez de 24, y con una cierta tendencia de culto al cuerpo desmesurada. Diego (San), desayuna todos los días unos chilaquiles, haciendo honor a sus raíces mexicanas; siempre y claro que no esté subido a su tabla de surf. A Bárbara (Santa) la conozco poco y sólo de oídas”. En fin, Francisco (San) es mi gran amigo, mi debilidad”.

 

Ciudades como ésta hacen que me deje infinidad de sitios en el tintero dignos de mención. ¡Ojalá tuviese más tiempo para poder descubrirlos! Eso os lo dejo a vosotros.