Begoña Gómez, la mujer de la agenda fantasma

23 de noviembre. Aeropuerto de La Habana. De pronto, se abre la puerta del Falcon que llevaba a Pedro Sánchez a Cuba. Las caras de los que le esperan cambia. Se trata de una visita histórica y la expectación es mayúscula, aunque no tanto como la sorpresa de los presentes al verle bajar la escalerilla junto a su esposa, Begoña Gómez. Lo hace vestida de rojo, como una auténtica estrella. Sin embargo, nadie había informado de su presencia allí. Tampoco se informa de sus ausencias, como ocurrió en el G20. ¿Quién lleva su agenda?

Sabemos que no es la primera dama sobre el papel, pero desde luego en los últimos meses (sobre todo semanas), Begoña Gómez se ha ganado a pulso el sobrenombre. Acompañante de excepción de Pedro Sánchez en sus viajes internacionales, lo cierto es que a las puertas de los actos de celebración de los 40 años de la Constitución, su presencia es toda una incógnita. Desde Moncloa ni confirman ni desmienten y desde el comité organizador tampoco. Será una sorpresa como en La Habana o como habría sido en Buenos Aires hace apenas unos días, donde se la esperaba como agua de mayo (los cara a cara con Melania y Awada son un plus).

La incógnita de Moncloa

Y es que Begoña Gómez, o al menos los temas que ocupan su tiempo, se han convertido en una auténtica incógnita intramuros de Moncloa. En España, no hay tradición de primera dama (lo asume la reina Letizia), por lo que su agenda no se publica junto a la del presidente, no tiene personal de prensa ni por supuesto gabinete. Al menos, de cara a la galería.

Por el momento, como decíamos, nos quedaremos sin poder confirmar si asistirá el miércoles por la noche al concierto por el 40 aniversario de la Constitución Española en el Auditorio Nacional o el jueves al acto por el mismo motivo en el Congreso de los Diputados. ¿Se la espera? Sí. ¿Irá? Habrá que esperar.

Lo mismo nos ocurriría si se tratase de un evento internacional (como en el viaje a Cuba). Días antes de los viajes de Sánchez, el equipo de periodistas que cubren su calendario de actos se reúnen en una de las sedes del Ministerio de Asuntos Exteriores para tratar los puntos del viaje. En esas reuniones no se aborda la presencia o no de Begoña. “Ni siquiera es un tema que se toque ni sobre el que se pregunte”, nos comentan. “Nos enteramos de que viaja cuando baja junto al presidente por la escalerilla del avión”.

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La agenda de Letizia

De hecho, muchas han sido ya las ocasiones en las que Begoña ha sorprendido a los periodistas y fotógrafos a pie de escalera, desempeñando, dicho sea de paso, este papel del que nadie sabe nada. “No es primera dama, es mujer del presidente”, nos corregían desde el gabinete de Sánchez hace unos días. Su primer viaje fue durante la gira por Estados Unidos y Canadá a finales del mes de septiembre y desde entonces el goteo de apariciones ha sido constante.

Begoña ha sido 'acusada' varias veces durante las últimas semanas de querer ocupar el puesto de doña Letizia en la agenda internacional. Primero fue en París, durante la celebración del centenario del armisticio de la I Guerra Mundial. Felipe VI acudió solo, mientras que el presidente lo hizo acompañado por su esposa, igual que lo hicieron otros mandatarios extranjeros.

Apenas unos días después, Felipe VI puso rumbo en solitario a Guatemala para participar allí en la Cumbre Iberoamericana. De nuevo, Begoña Gómez acompañó a su marido, Pedro Sánchez, acaparando la atención de los medios de comunicación.

El último episodio tuvo como escenario Cuba. Estaba previsto que fueran los Reyes quienes se desplazaran hasta La Habana, pero finalmente fue el presidente quien se vio con las autoridades cubanas. Le acompañó Begoña, quien se ha convertido en su sombra.

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Objeto de interés general

Y es que mucha ha sido la expectación en torno a ella generada durante las últimas semanas. Lo que se pone, lo que hace, si va, no va o cómo se peina. Todo interesa de una mujer que se ha convertido en una de las representantes de España fuera de nuestras fronteras y en la mejor en lo referente a la moda patria.

Adolfo Domínguez, Purificación García, Ángel Schlesser... Siempre viste de diseñadores españoles. Su relación con la Asociación Creadores de Moda de España (ACME) es inmejorable. De hecho, apoyó a la industria asistiendo por sorpresa al desfile de Ana Locking durante la última edición de la Mercedes-Benz Fashion Week.

Sin duda, su papel, cada día más en auge, necesitaría de un equipo que compartiera públicamente sus movimientos. ¿Nos leerán en Moncloa?