Begoña Gómez, correcta pero sin excesos en su cara a cara con Letizia más descafeinado

Begoña Gómez se ha convertido en una de las protagonistas de la cena de gala en honor al presidente de Perú, Martín Vizcarra, y su esposa, Maribel Díaz, que han ofrecido los Reyes en el Palacio Real de Madrid. Una velada en la que el esperado cara a cara con Letizia que tanto deseábamos volvía a producirse tras el inconmensurable duelo estilístico que las 'enfrentó' hace unos meses en igualdad de contexto en la cena con el presidente de China y su mujer.

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Esperábamos que se repitiera durante, por ejemplo, uno de los actos celebrados con motivo del 40 aniversario de la Constitución; sin embargo, la ausencia de la mujer de Pedro Sánchez evitó una comparativa que de manera imparable ha tenido lugar esta noche durante el besamanos previo a la cena. Visto lo visto y tras el éxito ante la delegación china, Begoña debería haberse plantado.

Begoña, como se ha convertido en una costumbre durante los meses en la Moncloa que podrían estar tocando a su fin, se ha decantado por un diseñador español para tratar de destacar entre un colectivo de invitadas en el que se encontraban mujeres célebres por su elegancia como Isabel Preysler, que asistía como acompañante de Mario Vargas Llosa.

La competencia era indudable y la apuesta de la 'primera dama' algo descafeinada. Para la ocasión, Begoña optó por un diseño negro estampado con flores geométricas doradas creadas con tachuelas que combinó con unos complementos igual de discretos que el vestido: salones negros de piel y joyas sencillas (pendientes y sortija).

En cuanto al look beauty, tampoco arriesgó demasiado. La mujer de Pedro Sánchez pidió a su equipo que la maquillaran de manera natural (no suele recargar mucho esta parte) y con un semirrecogido similar al que lució en la anterior cena de gala y con el que estaba tan favorecida.

Nos habría gustado un despliegue algo más amplio del que podría ser su último duelo de estilo con la reina Letizia.