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Un anillo digno de Lucrecia Borgia
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Laura Requejo

Objeto de deseo

Por
Laura Requejo

Un anillo digno de Lucrecia Borgia

¿Que es? Un espectacular anillo de diamantes y oro bruñido en negro que tiene además la rara cualidad de ser la última aventura creativa de Cristina Ortiz.

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¿Quées?"Un espectacular anillo de diamantes y oro bruñido en negro que tiene además la rara cualidad de ser la última aventura creativa de Cristina Ortiz. "Y ¿quién es Cristina Ortiz?", os preguntáis. Esta aragonesa con acento canario (nació en Barbastro, pero vivió en Tenerife toda su infancia) es una de las grandes rúbricas de la moda internacional desde hace dos décadas. Ha trabajado mano a mano con Miuccia como directora creativa de Prada. A ella, y solo a ella, le debemos la resurrección de Lanvin, ahora en manos de Alber Elbaz, pero recuperada por obra y gracia de su talento. Puso en el mapa a Brioni, una marca de marroquinería de lujo italiana que le debe su imagen actual y contemporánea, y, hasta hace tres años, llevaba las riendas de Salvatore Ferragamo. Ahora hace estas prodigiosas joyas modernas (las favoritas de Blake Lively, damos fe) en su estudio de Milán. Vamos, que su trayectoria profesional quita la respiración.

¿Por quélo deseo?"Porque parece una maravillosa arma de destrucción masiva. El anillo está articulado y cuando lo deslizas en el dedo, sus puntas se alzan al cielo como estiletes que Lucrecia Borgia habría podido utilizar para asesinar a alguien sigilosamente. ¿O ese no era su estilo?"

¿Lo tendré algún día?"No lo creo, pero me gusta pensar que sí. Y es alta joyería, así queno quiero ni saber el precio".

¿Quées?"Un espectacular anillo de diamantes y oro bruñido en negro que tiene además la rara cualidad de ser la última aventura creativa de Cristina Ortiz. "Y ¿quién es Cristina Ortiz?", os preguntáis. Esta aragonesa con acento canario (nació en Barbastro, pero vivió en Tenerife toda su infancia) es una de las grandes rúbricas de la moda internacional desde hace dos décadas. Ha trabajado mano a mano con Miuccia como directora creativa de Prada. A ella, y solo a ella, le debemos la resurrección de Lanvin, ahora en manos de Alber Elbaz, pero recuperada por obra y gracia de su talento. Puso en el mapa a Brioni, una marca de marroquinería de lujo italiana que le debe su imagen actual y contemporánea, y, hasta hace tres años, llevaba las riendas de Salvatore Ferragamo. Ahora hace estas prodigiosas joyas modernas (las favoritas de Blake Lively, damos fe) en su estudio de Milán. Vamos, que su trayectoria profesional quita la respiración.