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Ante la crisis, el cocktail gana puestos a la hora de celebrar bodas
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María José Navarro

Y comieron perdices

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Ante la crisis, el cocktail gana puestos a la hora de celebrar bodas

La crisis ha hecho que el cocktail se vuelva a considerar como una apuesta solida para celebrar una boda. No solo aporta cierto ahorro sino que

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Ante la crisis, el cocktail gana puestos a la hora de celebrar bodas

La crisis ha hecho que el cocktail se vuelva a considerar como una apuesta solida para celebrar una boda. No solo aporta cierto ahorro sino que además te permite ser más creativa en cuanto a decoración y presentación ya que no estás presionado por un presupuesto tan alto, y la fiesta se puede convertir en una experiencia mucho más dinámica, divertida y flexible que una cena o almuerzo sentados.

Se nos olvida que no siempre las bodas se han celebrado sentadas. En la época de nuestros padres era habitual celebrarlas con un cocktail y no por eso eran menos elegantes. Seamos sinceros, a veces es un suplicio que te sienten en una mesa de la que no te puedes levantar en tres horas, con gente que no te interesa demasiado, dando conversación a los de alrededor. ¿Cuántas veces te has pasado la cena entera mirando con envidia la mesa donde están tus amigos pasándoselo pipa mientras intentas darle conversación al primo extranjero del novio que no conoce a nadie, pero que te lo han encasquetado en tu mesa porque hablas tan bien inglés? Cuánto mejor estar de grupo en grupo, conversando con quien te apetece en cada momento. Y, en el momento que una se cansa de volar sobre los tacones, sentarse en una mesa a la sombra de un tilo del jardín.

Por supuesto tiene que haber mesas de apoyo y aproximadamente tienes que calcular un asiento por cada dos, o dos y media personas dependiendo del porcentaje de personas mayores tengas de invitados.

Le preguntamos a Marta Cárdenas, del catering de Isabel Maestre su opinión: “Muchas veces se cree que en un cocktail la gente queda menos contenta, porque el volumen de la comida es menor. Sin embargo, en un cocktail se puede comer tanto (o más) que teniendo el plato delante. En vez de dos o tres platos, pasarán por delante nuestro dieciséis o dieciocho diferentes bocados perfectamente equilibrados entre ellos y que disfrutaremos mucho más que una apuesta más cerrada como es la cena 'emplatada': jamón de Jabugo, crema fría, brochetas, croquetas, hamburguesitas, pimientos rellenos...".

La crisis ha hecho que el cocktail se vuelva a considerar como una apuesta solida para celebrar una boda. No solo aporta cierto ahorro sino que además te permite ser más creativa en cuanto a decoración y presentación ya que no estás presionado por un presupuesto tan alto, y la fiesta se puede convertir en una experiencia mucho más dinámica, divertida y flexible que una cena o almuerzo sentados.