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Los mejores restaurantes de Menorca 2012
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Los mejores restaurantes de Menorca 2012

Como viene siendo tradición, me despido de ustedes hasta septiembre. Y lo hago con el ya habitual monográfico sobre la gastronomía menorquina. Menorca es un paraíso

Foto: Los mejores restaurantes de Menorca 2012
Los mejores restaurantes de Menorca 2012

Como viene siendo tradición, me despido de ustedes hasta septiembre. Y lo hago con el ya habitual monográfico sobre la gastronomía menorquina. Menorca es un paraíso en tierra. Sus gentes, su historia y su cultura hacen de esta isla mediterránea un lugar mágico. También su gastronomía es extraordinaria. No solo en las elaboraciones típicamente veraniegas, asimismo en el impresionante recetario heredado de los pueblos que la habitaron durante siglos. 

Hoy les presento el resumen más exhaustivo realizado sobre la oferta gastronómica de calidad en Menorca. Como siempre, el repaso incluye dos partes: en la primera hago foco sobre mis tres restaurantes de cabecera y en la segunda incluyo una actualización del listado de años anteriores. Disfruten, amigos.

Parte I: un trío ganador. Mi pódium personal.

La cocina comprometida de Sa Pedrera d'es Pujol (16/20 - 971.150.717; Sant Lluís)

Se encuentra localizado en una casa adyacente a una antigua pedrera de marés. Sus propietarios, Daniel González Mora y Nuria Pendás, lo pusieron en marcha hace casi diez años. Su objetivo es recuperar recetas menorquinas en desuso y otorgarles dimensión, con sencillez y liviandad. Inquietos gourmands, son incondicionales de las materias primas autóctonas, como demuestra Dani en los tratamientos de carnes, caza, pescados y productos de la huerta. 

Entre otras genialidades imprescindibles no dejen de probar el ligero Oliaigua con higos, la Raya a la mantequilla negra, la Tosta de escalibada con sardina ahumada o la delicada y sustanciosa Caldera de langosta en dos vuelcos. Los cambios introducidos este invierno incluyen postres clásicos de factura intachable, ingredientes míticos como el porc negre, extraordinario menaje y una técnica cada día más depurada. Su amplísima bodega – la más ambiciosa de la isla, con más de 300 referencias- y una sala magnífica, lo convierten en una de las referencias gastronómicas en las Baleares. Mi restaurante preferido en Menorca y claro candidato a su primera estrella de la guía Michelin.

Los arroces (y mucho más) de Es Molí de Foc (15/20 - 971.153.222; Sant Climent)

Vicent evidencia sus raíces valencianas preparando sobresalientes arroces (entre mis favoritos el de atún y conejo, y la fideuá negra de rape, calamar y níscalos), bien comentados y explicados en la carta. Este año han estrenado dos nuevas fórmulas: la paella de verduras de temporada, pato y albóndigas, y el arroz caldoso de cigalas con rape, setas y calamar. Punto y sabor del cereal intachables

Los entrantes, con el punto justo de frescura creativa, merecen mucho la pena. La terraza en verano es deliciosa por la noche. Cuenta con una bodega bien pertrechada, si bien la pasión de Vicent son las cervezas. Por eso hace año y medio cumplió su sueño: instalar una pequeña fábrica de cerveza artesanal adyacente al restaurante (y que alberga un pozo romano con cincuenta metros de profundidad) cuyos productos se comercializan con el nombre de Grahame Pearce. El proyecto ahora se consolida con tres tipos de elaboración: Trigo, brown ale y lager. 

El encanto romántico de Sa Vinya (14/20 - 971.369.382; Llucmeçanes)

Situado en la huerta de una casa payesa a las afueras de Mahón, se trata de uno de los rincones con más encanto de la isla. Y Pilar Pons, alma máter de esta casa, es la cocinera más experimentada de Menorca y cuenta con un don: su sensibilidad imperecedera.

Se trata de un espacio en el que iluminación, elementos decorativos, vegetación y música consiguen un ambiente único e íntimo. Allí disfrutarán de la cocina de Pilar, quien revisa los recetarios menorquines con cariño, rigor y delicadeza. Aunque les sugiero preguntar por los platos del día, algunos clásicos de la casa con los que disfrutarán son el Tumbet con huevo, las Albóndigas a la menorquina, el Conejo con verduras del huerto, la Lengua de ternera con alcaparras o el Roast beaf Sa Vinya.

Parte II: Recorrido por Menorca y sus restaurantes (actualización) 

Mahón

La oferta de restauración de Mahón se concentra en la zona del puerto. Allí encontrarán lugares con sobresaliente materia prima como S´Espigó (971.369.909), donde Ana y Juan regentan un local que es referencia en la isla, un valor seguro. A pocos metros de allí, Jágaro (971.362.390) tira de un recetario sofisticado incluyendo en carta lo más exclusivo del mar y respetando al máximo el excelso producto que les llega diariamente. Encontrarán, entre otras referencias, espardenyes o langosta frita al huevo con patatas, uno de mis favoritos. El Cachito (971.369.792) es otro de los clásicos del puerto, con cocina divertida y desenfadada.

Can Vermut (971.361.726) es una de las aperturas más interesantes del año. Servicio comprometido, precios contenidos, ambiente fresco y platos como la Lasaña de berenjena, el Timbalet de escalibada, el Pollo escabechado o las Croquetas de Mersedes hacen de la visita algo obligatorio. Es Llaut (971.354.969) sigue ofreciendo buenos pescados y mariscos poco habituales como las ostras de Mahón. En la ubicación del antiguo Marivent se encuentra ahora Aroma (971.363.594), donde oficia el chef Carlos Pepico. Doble oferta gastronómica -sofisticada arriba e informal en la parte inferior- con puesta en escena sobresaliente (no en vano cuentan con Juan, el mejor jefe de sala de Menorca). Tras la cena, el recientemente abierto Gallery (971.367.614) es el lugar más recomendable para tomar una copa de calidad y donde sirven platillos bien resueltos durante todo el día.

El restaurante con mayor interés en el centro de Mahón es Ses Forquilles (971.352.711), plausible y genialoide gastrobar menorquín. Sus propietarios Marco Antonio y Oriol están haciendo un sobresaliente esfuerzo por acercar elaboraciones contemporáneas respetando recetas y materias primas autóctonas. Merece la pena una visita, tanto el piso de abajo –dirigida al tapeo-, como en el superior, desde mi punto de vista más recomendable. Raquel cuida de forma infrecuente al cliente con su conocimiento vinícola. Como alternativa, Santa Rita (971.352.297) ofrece platos tradicionales y recetas con dosis creativas, y La Cuina dels Angels (971.357.734), que además de organizar cursos de cocina, tiene un menú del día bien resuelto y a precios de derribo. Y una última pista: los manolitos de Cristanal y Gaditana (971.363.316) crean adicción.

Sa Mesquida, Es Grau y Es Castell

Muy cerca de Mahón, en dirección a Sa Mesquida, encontrarán Cap roig (971.188.383). Reserven mesa –preferiblemente de noche- en la cristalera o en la barandilla, donde disfrutarán de unas admirables vistas al mar desde lo alto del acantilado donde se haya enclavado. Carta basada en pescados y mariscos de primera. Muy cerca de allí, en el propio pueblo, se encuentra el genuino bar de marineros Sa Mesquida (971.188.354) uno de mis lugares preferidos en la isla. En la libreta de Fina y Javier hallarán ortiguillas, pescado aún coleteando y un arrós brut que hará las delicias del Capitán Nemo. Un fijo en mi agenda.

A pocos kilómetros, en el pueblo marino de Es Grau, se encontraba Can Bernat (650.974.685) hasta hace año y medio (sustituido ahora por el agradable Bernardet). El equipo que lo puso en marcha se trasladó con la misma oferta -excelentes tapas y precios ajustados- a una casa de campo en la carretera que lleva a Fornells. El éxito ha sido rotundo y los clientes se rifan las preparaciones del día, los pescados frescos al peso o el pudin de dátiles para el postre. Reserva obligatoria. 

En la boca de la bahía de Mahón se encuentra Es Castell. Allí, tanto España (971.363.299) como El Bahía (971.354.129) permanecen como dos clásicos de imprescindible visita para los que buscan autenticidad. En Cales Fons, la pintoresca cala de pescadores del pueblo, se encuentra El Trébol (971.367.097). Su envidiable situación, la calidad de sus materias primas y la amabilidad de Camacho, Vicent y el equipo de sala hacen de la visita algo inevitable. El romántico escenario se potencia de noche. Reserven con suficiente antelación para conseguir mesa en la terraza.

Desde mayo de 2010 existe una dirección altamente recomendable: La Josefina (971.354.950). Se encuentra en lo alto del puerto de Cales Fons y abre todo el año. Su oferta es reflejo de lo que capturan los barcos el mismo día. Gaspar, uno de los socios, es un importante pescador conocido en Menorca por la calidad de su género. Prueba de ello fue la irreprochable cigala real o el festival de gamba roja en nuestra última visita. Una garantía.

Por último, una pista. Para tomar una copa tras la cena den un paseo hasta Es Cau, una discreta cueva situada en Cala Corb donde cada noche, desde hace cincuenta años, hay canciones y guitarras en ambiente típicamente menorquín.

Sant Lluís y alrededores

En Sa Parareta d´en Doro (971.150.353) se estila una cocina menorquina actualizada y sofisticada. Este año presentan novedades como el Arroz meloso de queso de Mahón, tomate y oliva negra con ensalada de trampó; las Patatas confitadas, sobrasada de payés y huevo de corral poché; la Pierna de cordero deshuesada y estofada con higos y calabaza o el Lomo de merluza con ajo y laurel, tomate seco y calabacín salteado con guindilla. Agradables son la terraza y su salón interior, situados en la propia casa payesa donde se ubica el restaurante. Una de las cocinas más interesantes de la isla. Inclúyanlo en su lista de obligatorios. 

Muy recomendable asimismo, Pan y vino (971.150.201), un restaurante que se encuentra por méritos propios en lo más alto de la oferta de restauración de la zona. Situado en una casa de pueblo, su carta –basada en los productos de temporada con aditamentos franceses y mediterráneos- cambia cada quince días. El asequible menú degustación, que el comensal puede diseñar a su antojo, es la mejor forma de conocer la cocina de Patrick James. Del mismo estilo, aunque con una puesta en escena más sencilla, se muestra Sa Caraba (971.150.682). Se encuentra a pocos minutos de allí, localizado en una apartada casa de aperos.

No quiero dejar de mencionar el trabajo que está llevando a cabo el cocinero Víctor Bayo en el restaurante del hotel Alcaufar Vell (971.151.874), posiblemente el más bello y encantador de Menorca. Las mesas en verano se disponen en el agradable Jardí dels Ullastres. Cocina bien resuelta y con guiños al recetario menorquín. Otro bonito hotel cercano, Sant Joan de Binissaida (971.355.598), cuenta también en su oferta con un restaurante con aspiraciones gastronómicas. Elisabeth Julienne, en los fogones, siempre busca excusas para dar valor añadido a su propuesta. Este año presenta el menú de Coque-Mario Sandoval, restaurante donde trabajó. El restaurante Biniarroca (971.150.059) se encuentra en los bucólicos jardines del hotel homónimo. Atmósfera y preparaciones con sofisticado y elegante toque británico y carta de vinos de nivel. Altamente recomendable.

Si lo que buscan son tapas menorquinas y ambiente de pueblo, déjense caer por La Rueda (971.150.349), en el centro de Sant Lluís. En la costa, Paupa (971.350.030) ha sido siempre un buen lugar para tomarse una cerveza y darse el último baño del día mientras anochece. En Mel (971.151.869) preparan rica langosta con cebolla por encargo. En Caragol (629.165.089) en Biniancolla (entre Binibeca y Son Ganxo) es un restaurante situado a escasos veinte metros del mar y que ofrece excelentes calidades de pescados y mariscos. Una buena opción, con precios a la altura de sus materias primas. El restaurante del Club Náutico de Binisafua (666.957.414) cuenta con una relación calidad-precio imbatible y la legión de fans que lo llena cada noche obliga a reservar con mucha antelación. Pescados frescos y recetas populares. Y la novedad del año en la zona: Anakena (971.156.727). Reaparece en su ubicación original, una acogedora casa a las afueras de Sant Lluís, para seguir ofreciendo algo diferente y original: ceviches, chupes y otras refrescantes especialidades chilenas.

Es Mercadal

En Es Mercadal no debo dejar de recomendarles Ca N´Aguedet (971.375.391) y su cocina popular menorquina, que incluye caza y preparaciones de pico y pluma como la Perdiz en hojaldre o la Cega amb coc, un plato milenario. En verano intenten evitar las horas punta, pues el servicio puede ser deficiente. Si tienen ocasión, hablen un rato con la patrona, una conversación que seguro será enriquecedora. Y prueben el vino de origen incierto que elabora Crispín, su hijo. 

También deberán visitar de noche la romántica terraza de Can Olga (971.375.459) y su cocina clásica, ligera y refinada. Es Tast (971.354.487) se aleja de las recetas típicas y su cocina se corta bajo un patrón más creativo para los que quieren huir de los tópicos. Carta de vinos con nivel y dos menús –gastronómico y de tapas- de degustación que no superan los 30€. Por último, Es Molí d´es Racó (971.375.275), un restaurante a las afueras del pueblo y donde son imprescindibles sus caragols amb cranca. Cuando reserven, soliciten a Alex (elogioso jefe de sala) que les seleccione una de las mesas de las ventanas o dentro, con aire más auténtico. En febrero, feria de la perdiz. Ojo con las aglomeraciones en verano.

Ciutadella

Aunque este goloso se considera mucho más afín a la parte oriental de la isla, donde la gastronomía menorquina está exponencialmente mejor representada, también les recomiendo direcciones de interés en Ciutadella. Por ejemplo, Cas Consol (971.484.654) y sus elaboraciones típicamente mediterráneas. Hemos estado recientemente en el nuevo SMoix (971.480.516) y en Cas Ferrer de Sa Font (971.480.784) con resultados positivos. Por su parte, Café Balear (971.380.005) sigue siendo una de las referencias en la parte occidental de la isla. Buen producto y dotes guisanderas que demuestran en los arroces. Asegúrense de que les reservan mesa en la terraza.

Por último, tres recomendables direcciones a las afueras de Ciutadella: Tast de Na Silvia (971.387.895) en Cala n´Bosch continúa con un planteamiento basado en las materias primas (único restaurante con certificación ecológica); Es Morvedra Nou (971.359.521) se sitúa en una casa rural en el camino a Macarella, una de las playas más emblemáticas. El joven cocinero Joan Bagur estimula al visitante con un menú degustación de apenas 35€ donde combina fórmulas clásicas con razonamientos más creativos. Y Troglodita´s (669.197.524), una dirección casi secreta en Cala Morell que, al igual que su vecino Baristiu, no cuenta con ambiciones gastronómicas pero donde disfrutarán de espectaculares vistas mientras toman algo al atardecer. 

Es Fornells

Esta pequeña población ha hecho de la caldereta de la langosta su modus vivendi. Ahora bien, la popularización de la preparación ha favorecido en muchos casos el fraude y la falta de honestidad en su elaboración, lo que en ocasiones no justifica el precio. Si persisten en su decisión, encárguensela a un restaurante de su confianza o acudan a alguno de los siguientes. Es Cranc (971.376.442) o Café del Nort (971.376.697) fueron casas de referencia pero su irregularidad pasa factura. En Es Plá (971.376.665), si reservan buena mesa, disfrutarán del bello paisaje al anochecer. Más auténticos y puristas con las materias primas son los propietarios de Es Cranc Pelut (971.376.743). Diego Coll, el cocinero, publicó hace unos años La Cocina Marinera de Fornells, donde muestra su interés y conocimiento del entorno. No se vayan sin probar las albóndigas de pulpo.

Sa Llagosta (971.376.566) se ha convertido en la opción gastronómica más efervescente de Es Fornells. Formidable el trabajo desempeñado por Coca, un joven cocinero ya consolidado, y Mónica en la sala. Excelentes los clásicos (mejillones salteados, la raya frita o el atún con alcaparras), interesantes novedades (irreprochable e inteligente el atún con alcaparras) y una caldereta canónica, probablemente la mejor de Fornells. El año pasado reabrieron el mítico Ses Salines (971.376.745). En este caso, con una oferta más sencilla basada en buenos arroces –como el de pulpo y pimiento rojo- y fideuás que a petición del cliente pueden convertirse en rosellat (la de raya es especialmente recomendable). Vistas espectaculares si lo visitan de día.

Vinos y caprichos para gourmands

Las lonjas de Mahón y Ciutadella son buenos lugares para pertecharse de pescados y mariscos de la isla. En el Mercat des claustre de Mahón encontrarán frutas y verduras, además de otros productos típicamente menorquines como miel, alcaparras, manzanilla, sobrasada (busquen la charcutería Ca n'Aurèlia para resolver este tema: venden los excepcionales productos de porc faixat) y quesos (los del productor S' Arangí, recientemente premiados, muy recomendables). Sibaritas (971.357.629) es la tienda donde me surto de ibéricos, preparaciones internacionales, conservas y pastas de calidad y productos gourmand. Buena selección de vinos en su bodega aclimatada y servicio impecable. Se encuentra a la salida de Mahón, camino de Es Castell. 

Cerca de allí, en De Vins (971.362.194), hallarán numerosas referencias vinícolas y añadas interesantes. Si lo que buscan es el mejor queso de Mahón-Menorca, acudan a Can Bernat (971.156.111) en Sant Climent, donde venden los de mi productor preferido: De´n Vinent. En la carnicería adyacente, Tomeu les ofrecerá sobrasadas artesanas de payés. Para ensaimadas, Las Campanas (971.150.953) en Sant Lluís o por encargo en Can Senyalet (971.362.326) en Mahón o Es Castell; helados artesanales en El Turronero (971.362.898) del centro de Mahón y Gana Loca (971.150.535) en Sant Lluís. 

Por último recomendarles una visita a Binifadet (971.150.715), la bodega más importante de Menorca y uno de  los rincones con más encanto de la isla. La familia Anglés realiza un enorme esfuerzo para divulgar su trabajo y por ello abren sus instalaciones durante todo el día sin necesidad de reserva previa. Este año, además, ofrecen cocina ligera en su terraza. También helados de elaboración propia (ojo con el de muscadet) y carta de Gin & Tonics. No se lo pierdan.

Deléitense con Menorca como pienso hacerlo yo. Tal vez coincidamos en alguno de estos restaurantes, amigos. Disfruten del verano y sean malos, que es más divertido.

Fotos de Sa Pedrera d´es Pujol, Alcaufar Vell, Es Molí de foc (Andreu Murillo) y Matoses

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Como viene siendo tradición, me despido de ustedes hasta septiembre. Y lo hago con el ya habitual monográfico sobre la gastronomía menorquina. Menorca es un paraíso en tierra. Sus gentes, su historia y su cultura hacen de esta isla mediterránea un lugar mágico. También su gastronomía es extraordinaria. No solo en las elaboraciones típicamente veraniegas, asimismo en el impresionante recetario heredado de los pueblos que la habitaron durante siglos.