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La doble boda de Cañadas y Gibernau
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La doble boda de Cañadas y Gibernau

La modelo Esther Cañadas todavía recuerda lo mal que lo pasó en abril, al día siguiente de su boda, al comprobar que las fotos no habían

Foto: La doble boda de Cañadas y Gibernau
La doble boda de Cañadas y Gibernau

La modelo Esther Cañadas todavía recuerda lo mal que lo pasó en abril, al día siguiente de su boda, al comprobar que las fotos no habían salido bien. Su tío fue el encargado de realizar el reportaje fotográfico y un problema técnico hizo que ese recuerdo imborrable tuviera que repetirse. Y es que la prensa también se quedaba sin foto de la boda del año.

Esther y su ya marido, el piloto Sete Gibernau, volvieron a vestirse de novios con la resaca posterior al enlace para volver a fotografiarse y poder repartir a la prensa el ‘sí quiero’ en los jardines de un Hotel rural en el Bajo Ampurdán, en Gerona. A pesar de este traspiés, pasados siete meses, la pareja está inmensamente feliz. No esperan la llegada de la cigüeña como se ha dicho y viven el uno para el otro.

Esther Cañadas, que se ha vuelto a vestir de novia con un modelo de Christian Lacroix, del grupo Rosa Clará -que la vistió el día de su enlace-, trabaja poco. Quiere vivir la vida al máximo. La modelo ha sido durante quince años una hormiguita, por lo que ahora se puede permitir el lujo de elegir sus apariciones públicas. Ha sabido invertir y puede vivir de las rentas. Esther es muy lista y su marido lo sabe.

Por cierto, la modelo guarda un buen recuerdo de su primer marido, Mark Van der Loo. Quedaron como amigos, pero cada uno hace su vida. Sin embargo, el contacto entre ellos es mínimo.

La modelo Esther Cañadas todavía recuerda lo mal que lo pasó en abril, al día siguiente de su boda, al comprobar que las fotos no habían salido bien. Su tío fue el encargado de realizar el reportaje fotográfico y un problema técnico hizo que ese recuerdo imborrable tuviera que repetirse. Y es que la prensa también se quedaba sin foto de la boda del año.