Las ‘viejas glorias’ pasean en caballo

La Feria Internacional del Caballo de Sevilla, que se celebra cada año el tercer fin de semana de noviembre, reúne en la capital andaluza a especialistas y aficionados a esta sobria especie animal que tantas alegrías ha dado al hombre. Entre tanta fiesta, desfile y presentación, una presencia que a buen seguro no pasará desapercibida: la de la actriz italiana Claudia Cardinale. Si el año pasado la invitada de honor fue Gina Lollobrigida, este año será el turno de la intérprete de La pantera rosa y Rocco y sus hermanos.

Con mucha malicia se podría pensar que en el SICAB tiran de IMSERSO esperando que la cuenta sea más barata que con una estrella joven, pero es que los tiros no van por ahí. Cardinale, igual que Bo Derek o Jacqueline Bisset, que la precedieron, tiene la suerte de tener su vida resuelta económicamente, y ni las promociones publicitarias ni los intereses pecuniarios en general la obligan a moverse de su casa La cosa tiene más que ver con el reconocimiento público.

Las invitadas de lujo del SICAB, todas ancianas seductoras que han alcanzado la sesentena y la setentena con mejor aspecto y mente que los que tienen muchas estrellas más jóvenes, no cobran dinero por su visita, aunque reciben algo mucho más valioso a cambio: el cariño desinteresado del público, de toda esa gente que durante años ha sido fiel a todos y cada uno de sus trabajos, ya fueran buenos, malos o lo siguiente.

Para un traje, para una cena... para todo eso hay dinero y si no, préstamos a tutiplén. Pero lo que no tiene precio es la diversión, la marcha sevillana que tienen la oportunidad de darse en un solo fin de semana. Por mucho que después se puedan montar en la cena pollos como el de Antonia dell’Atte a María Patiño hace unos años, ellas piensan tranquilamente –y con razón- “Que me quiten lo bailao”.