¿Qué le pasa a Risto?

El jurado está raro. ¿Qué tendrá nuestro Risto? Las sonrisas se escapan de su boca de fresa. Bueno, es verdad que lo de Mejide no es precisamente la belleza física sino el vapuleo intelectual, pero parafraseando el viejo poema de Rubén Darío podemos hablar del hombre que ha hecho del "tú no eres producto" un estilo de vida. Sus últimos gestos fuera de pantalla casan poco con el Evaristo Mejide que se presenta los martes en Telecinco, y si no pasen y vean:

Por ejemplo, sonriendo. Ya en la gala de la semana pasada se le pudo ver esbozando una mueca que recordaba alegría, pero es que lo ocurrido durante el fin de semana en el torneo Conde de Godó de tenis supera todo lo imaginable con el publicista. Sin quitarse sus gafas (dicen que no le gusta la expresión que deja en su cara la miopía galopante que padece y que por eso utiliza lentes modelo aviador), saludó a todo aquel que se acercaba al stand del diario La Vanguardia en el Real Club de Tenis de Barcelona.

¿Qué quiere decir eso? Pues para empezar, algo que no gustará demasiado a los fans de Leo, que participó en la última edición, o a los de la inefable Idaira de hace dos años: que Risto también tiene su público, gente que está de acuerdo con él y le defiende tanto como cualquier talifan con su ‘triunfito’ favorito. Y que en el fondo, por mucha careta que intente ponerse, es tan humano como cualquiera.

Quizás estos gestos de humanidad sean una respuesta a Tania, la concursante que durante la gala del martes pasado le mandó a hacer lo que ustedes ya se pueden imaginar, y no nos referimos precisamente a freír espárragos. Acostumbrado como estaba a tener la última palabra (“Has desafinado tanto que se me ha caído la oreja”), parece que recibir algo de su propia medicina le ha dulcificado el carácter. ¿O será todo una simple estrategia de marketing para vender su producto? Quién sabe.