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¿Por qué mienten los Cuesta?
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¿Por qué mienten los Cuesta?

La enfermedad de Blanca Cuesta parece un folletín de sobremesa. Que si está muy enferma, que si se me muere me da algo, que lo suyo

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¿Por qué mienten los Cuesta?

La enfermedad de Blanca Cuesta parece un folletín de sobremesa. Que si está muy enferma, que si se me muere me da algo, que lo suyo sólo es un catarro, que si tiene problemas de corazón, parece una contractura… Vamos, que al final, con tanta versión, uno queda tan confundido que no sabe si la señora Thyssen realmente existe o es un ente enviado al espacio. ¿Y de quién es la culpa? De todos y de nadie. Ni su familia se pone de acuerdo.

 

Las versiones facilitadas por los Thyssen-Cuesta-Unkoff son tan dispares que a uno se le pasa por la cabeza someterlos a algún tipo de detector de mentiras. Según confesó Heidi, la madre de Blanca, a varias publicaciones, a su hija no le pasaba nada. La dolencia de su niña, que no aclara, fue por una reacción por tener el aire acondicionado muy frío y acudió al médico porque tenía cita pedida con antelación para una revisión. Vamos, que uno se imagina que la nuera de Tita sólo tiene un resfriado común y no una pericarditis.

 

Y aquí entran los Thyssen y su megaexclusiva en Hola donde aclaran todos los detalles de la misteriosa enfermedad. Cuesta ha padecido una inflamación del pericardio provocada por ir cuatro horas al cine. Y la cosa, sí que les asustó. Las palabras de Borja son esclarecedoras ya que llamó a Chelo García Cortés diciéndole: “Blanca no está bien. Ha pasado muy mala noche. Le duele a la altura del pecho. Si se me muere, yo me muero con ella”.

 

Tan mal se vieron, que trajeron en un avión privado a un buen cardiólogo que estudiara la patología de la joven, uno de confianza. Posteriormente, todos se fueron a Barcelona a pasar más pruebas. Reposo y revisiones periódicas son las consecuencias de un virus que al final no fue virus. ¿Y porque mamá Cuesta sólo dijo una verdad a medias? ¿Estaría esperando la exclusiva familiar? Cosas de la vida.

La enfermedad de Blanca Cuesta parece un folletín de sobremesa. Que si está muy enferma, que si se me muere me da algo, que lo suyo sólo es un catarro, que si tiene problemas de corazón, parece una contractura… Vamos, que al final, con tanta versión, uno queda tan confundido que no sabe si la señora Thyssen realmente existe o es un ente enviado al espacio. ¿Y de quién es la culpa? De todos y de nadie. Ni su familia se pone de acuerdo.