Blanca Martínez de Irujo se pone el mundo ‘por montera’

¿Cómo superar los amores rotos? ¿Sirve de algo quedarse en casa lamiéndose las heridas? Puede que al principio sí, pero pasado un tiempo encerrarse sólo sirve para aumentar los vacíos y hacer crecer la frustración. Esto mismo lo sabe Blanca Martínez de Irujo, que con el mundo por montera se presentó la semana pasada en la fiesta de Vanity Fair impecablemente vestida por Angel Schlesser –quien también hacía las veces de acompañante– y se explayó contando cómo se encuentra y qué planes tiene para su vida.

La prensa no ha tardado en adjudicarle ‘amigos’ más o menos íntimos, pero la realidad tiene que ver bastante poco con las especulaciones. Eduardo, el hombre con el que aparecía en unas fotos ‘pilladas’ en las que había más gente de la que finalmente se vio, es en realidad un amigo suyo de Sotogrande, jugador de polo y divorciado, pero sobre todo muy divertido. Entre ellos sólo hay amistad, aunque los dos son ‘solteros de oro’, de esos que tienen una larga lista de espera para esto de las citas.

 

Por si acaso Blanca se va a dedicar de lleno al trabajo. Su presencia en el sarao de la revista de la editorial Condé Nast puede dar pistas sobre por dónde van a ir los tiros: actualmente se encuentra en negociaciones avanzadas para incorporarse al departamento de marketing de una revista de este grupo. Allí su cometido será contactar con los anunciantes para conseguir que inserten sus anuncios en la revista, algo que como ella misma dice ya ha hecho antes y es lo que sabe hacer.