¿Quién le hace la cama a Kiko Rivera?

Donde hay confianza... no crecen coliflores. Triunfar no sólo depende de uno mismo, sino de rodearse de las personas que te van a asegurar alcanzar el éxito. Kiko Rivera parece estar por fin despegándose de la ‘falda maternal’ y comienza a volar solo. Sin embargo, no todos en su entorno ayudan a la hora de conseguir que el hijo menor de Francisco Rivera triunfe en la vida: a veces las ‘chinas’ en el zapato no las ponen otras personas que aquellas que se suponen de máxima confianza.

 

Nos explicamos: la sombra de María Navarro es, como la del ciprés, alargada como un día sin pan. La eterna representante de Isabel Pantoja –que no del hijo– es como el perro del hortelano, que ni ______  ni deja ______ (llenen los espacios con palabras comenzadas por ejemplo con ‘j’). Cuentan que su influencia durante el rodaje de los anuncios de Kiko para la marca de muebles Tucco no fue poca, y que cada paso que daba la representante materna parecía entorpecer el trabajo (y lo que es peor, la imagen) del hijo de Pantoja.

Mientras Kiko se reveló como un muchacho simpático, educado, trabajador y gran contador de chistes (la sangre andaluza puede), Navarro tuvo gestos que más que ayudar entorpecían la labor tanto de los técnicos que se encargaban del rodaje como de la prensa que se interesaba por el anuncio. Si había que empezar a rodar a las nueve de la mañana, era ella la que llamaba diciendo que de eso nanay, que se empezara una hora más tarde. ¿Tenía algo que ver Kiko con esa petición? Parece que no, porque cuando había que estar a esas horas en las que las calles aún no están ni puestas él llegaba fresco y dispuesto a ponerse a trabajar.