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Las tazas de tila del novio de la duquesa
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Las tazas de tila del novio de la duquesa

Al novio de la duquesa de Alba no le llega la ropa al cuerpo. Pese a que la situación parece haberse normalizado, Alfonso Díez, que todavía

Foto: Las tazas de tila del novio de la duquesa
Las tazas de tila del novio de la duquesa

Al novio de la duquesa de Alba no le llega la ropa al cuerpo. Pese a que la situación parece haberse normalizado, Alfonso Díez, que todavía sigue suspirando por Cayetana, no consigue recuperar la calma. Que le pregunten todos los días cosas a la puerta de su trabajo en la Seguridad Social le tiene algo nervioso. Quizás por ello se ha convertido en un bebedor compulsivo de tila, una manera de afrontar una situación para la que no está preparado.

No sólo su boda con la duquesa está en el aire, sino sus futuras vacaciones. Como dos enamorados, Cayetana y Alfonso habían planificado todo al milímetro. Su meta era irse a Egipto y, entre pirámide y pirámide, poder disfrutar de su relación sin la presión de los medios. Sin duda una forma de rebajar la factura en hierbas tranquilizantes.

Al final, una cosa por otra, los novios oficiales más famosos del firmamento se quedarán en tierra. Son muchas las versiones relacionadas con la cancelación, aunque ninguna tiene que ver con la falta de liquidez provocada por la crisis. Unos dicen que a Díez se le han terminado los días de vacaciones. Vamos, que el Estado, para el que trabaja, no le deja escaparse otra vez. Hay otros que cuentan que la duquesa, a sus ochenta y tantos, no se encuentra en condiciones óptimas para afrontar un viaje tan duro. En su última aparición, acompañada de su inseparable Carmen Tello, volvió a tirar de silla de ruedas por sus problemas en las piernas.

Pero a Alfonso y Cayetana siempre les quedará Liria… o Dueñas o la finca de Córdoba. Será por sitios. Seguro que encuentran algún lugar discreto en el que pasar un fin de semana a su gusto, disfrutando de su intimidad y, sobre todo, el uno del otro. Esperemos que nadie les estropee el plan.

Al novio de la duquesa de Alba no le llega la ropa al cuerpo. Pese a que la situación parece haberse normalizado, Alfonso Díez, que todavía sigue suspirando por Cayetana, no consigue recuperar la calma. Que le pregunten todos los días cosas a la puerta de su trabajo en la Seguridad Social le tiene algo nervioso. Quizás por ello se ha convertido en un bebedor compulsivo de tila, una manera de afrontar una situación para la que no está preparado.