El Pocero, Mohedano y Capi, peleados por un disco

Desde que ‘Operación Triunfo’ apareció en el panorama televisivo y musical ya nada ha vuelto a ser lo mismo. Ni las listas de ventas ni los artistas se mueven de la misma forma. Y claro, hay que buscar la forma de ganarse las habichuelas. De esta no se libra ni la sobrina de ‘la más grande’. Rosario Mohedano – ‘Chayo’ para los amigos, familiares y demás seres cercanos- intenta por todos los medios triunfar en el mundo de la música.

 

Para lograrlo, hace tiempo contó con la ayuda de Miguel Ángel Arenas –‘Capi’-, un conocido productor musical que antes que de ‘Chayo’ lo fue de Alejandro Sanz y de Los Pecos, entre otros, que se encargó de llevar a la artista de un sarao a otro para que se promocionara y su disco se vendiera. Además, un amigo de la familia, el constructor Francisco Hernando –alias ‘El Pocero’- con el que realizó un acuerdo por el cual Hernando iba a esponsorizar y patrocinar a la artista, que tendría su propio avión privado para surcar los cielos desde un evento a otro.

Hasta ahí todo bien. Todo previsto para el despegue de la carrera de Mohedano. Pero unos meses más tarde, la artista no había alcanzado los niveles esperados en cuanto a ventas, y por aquellos vaivenes del mundo profesional, unos echan la culpa a los otros y ‘Chayo’, deja de tener relación con Rastatass, el sello discográfico de ‘Capi’, que afirma en un comunicado que la relación laboral en estos momentos entre discográfica y artista “es inexistente al romper la artista, de forma unilateral, la carta de compromiso que tenía firmada con el sello”.

Sin embargo, su patrocinador sigue apoyándola y ella, cerca ya de dar a luz a su primer hijo, fruto de su relación con su novio, Antonio Tejada se ve envuelta por el rumor de que Hernando le ayudó a pagar las deudas de su disco. Pero la familia Mohedano lo niega. Dice Rosa de Benito, madre de ‘Chayo’, que “no es verdad” que ‘El Pocero’ pagara la deuda. Su padre, Amador Mohedano, también hizo su aportación con un “preguntadle a Capi”, secundado por su esposa, que afirmó “de eso preguntadle a Capi, que le gustan mucho los focos”.

Por su parte, Miguel Ángel Arenas afirma en el comunicado emitido por su despacho de abogados que “a pesar del incumplimiento contractual de Rosario Mohedano (el sello) no va a exigir daños y perjuicios a la artista”. Además, dice el productor que “las grabaciones musicales del nuevo álbum devenido abortado y abandonado por la intérprete  bajo su responsabilidad forman parte de la inversión hecha por su patrocinador”.

Aclarado el asunto, y puestos los puntos sobre las íes, ni deuda, ni patrocinadores que la paguen. Eso sí, un cabreo monumental entre la artista que intenta triunfar y el productor que dice que la artista tuvo “un desafortunado debut” aunque agradece al empresario la confianza y el apoyo que ha puesto “a fondo perdido, conociendo las dificultades y las evidencias” para una producción musical. Por cierto… ¿Alguien recuerda el título del disco por el que ahora debaten?