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Los caprichos de la mamá de Jesulín
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Los caprichos de la mamá de Jesulín

Ambitions’ House está que arde. Primero que si yo me voy, ahora yo vengo, luego que si te echo, que si no te he echado… y

Foto: Los caprichos de la mamá de Jesulín
Los caprichos de la mamá de Jesulín

Ambitions’ House está que arde. Primero que si yo me voy, ahora yo vengo, luego que si te echo, que si no te he echado… y al final hay que preguntarle al perro (Ver noticia) quien era el que le daba de comer en las frías noches de invierno, y quien compraba los chuletones que se zampaba con alegría aquel ‘lindo gatito’ llamado Currupipi que un día habitó la casa de Jesulín de Ubrique.

 

Deja entrever Carmen Bazán,-que nada tiene que ver con los Pardo Bazán de toda la vida y mucho con los Janeiro por ser la amantísima madre de todo un clan- que ella era la encargada de alimentar a sus polluelos. Durante su estancia entre las paredes de la finca Ambiciones la señora Bazán ha vivido mucho: un embarazo que la convirtió en abuela de Andreíta, hija de archiconocida (ahora) Belén Esteban, los retoques que mejoraron a la pequeña de los Janeiro, la llegada de Campanario o la partida del que fuera su marido buscando otro nido en el que reposar.

Momentos felices y momentos dolorosos entre las paredes del recinto familiar. Como la muerte de Currupipi. Tal es el amor de la familia por el animal que permanece rampante en un pabellón de caza como una de las más preciadas joyas de la taxidermia del siglo XX. Pero momentos todos financiados por las verónicas y chicuelinas salidas del capote de Jesulín.

 Si bien es cierto que la buena señora se daba sus pequeños caprichos costeados por ella misma. Que quiero un té rojo de una determinada marca, pues voy me lo compro y me lo pago. Que me he cansado de la dieta macrobiótica y quiero una tarta o unos piononos, pues aflojando la gallina.  La duda que queda es saber que parte de su partida presupuestaria estará destinada a la popular propina de los nietos. ¿Dejará de dársela tras su salida de ‘Falcon Ambiciones’?

Ambitions’ House está que arde. Primero que si yo me voy, ahora yo vengo, luego que si te echo, que si no te he echado… y al final hay que preguntarle al perro (Ver noticia) quien era el que le daba de comer en las frías noches de invierno, y quien compraba los chuletones que se zampaba con alegría aquel ‘lindo gatito’ llamado Currupipi que un día habitó la casa de Jesulín de Ubrique.