Los problemas caninos de Enrique y Anna

Dicen siempre que el perro es el mejor amigo del hombre. Y algunos rostros conocidos parecen haberse tomado el dicho al pie de la letra. Desde el perro de Ambiciones, que tanto ha dado que hablar por haberse convertido en confesor y confidente, en el guardián de los secretos de la finca de los Janeiro hasta la mascota con más personalidad, Tinkerbell, el chiuahua de Paris Hilton.

 

Los animales de compañía traen a más de uno de cabeza, y sino que se lo digan a Enrique Iglesias y a la tenista Anna Kournikova. Ni con la custodia de los niños hubieran tenido estos problemas. Y es que al parecer la pareja llevaba seis meses compartiendo techo. Bueno, no sólo ellos, también sus mascotas.

Así, en la casa de la tenista en Miami, situada a cinco minutos escasos del ‘pisito de soltero’ (o casa de grandes dimensiones) de Enrique Iglesias, se instaló el cantante con sus dos mascotas. Dicen los cercanos a la pareja que Grammy, un setter, y Lucas, un pastor alemán son dos perros muy educados y muy bien entrenados. Pero, como apuntan las malas lenguas, los pequeños de Kournikova no son tan agradecidos como los ‘niños’ de Enrique ni como Flashito, el ojito derecho de la duquesa de Alba.

Ahí llega la disputa a pesar de que son una pareja bien avenida. El hijo de Isabel Preysler se instala con sus cachorros y los otros animales ven su espacio invadido. Y claro, se arma 'la Marimorena', y eso que aún no ha llegado la Navidad. Al final, incapaces de dominar a las cuatro fierecillas que tienen por mascotas y ante el miedo a que les destrocen la casa en una batalla campal, Enrique vuelve a su casa.

¿Será este un caso para el televisivo ‘encantador de perros’ César Millán? Lejos de tomárselo a pitorreo deberían atender a razones, ya que según cuenta el propio psicólogo canino, él ayudó con sus problemas a las mascotas de Denise Richards y de Will Smith. Al fin y al cabo a Paulina Rubio y a ‘Colate’ les sucedió lo mismo y al final llegaron ante el altar. Lo dicho, que lo que el amor ha unido, que no lo separe el perro.