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Fran Rivera guarda silencio: no habla de sus ex
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Fran Rivera guarda silencio: no habla de sus ex

A Fran Rivera un día le van a matar de un susto. Y es que todo el mundo se empeña en preguntarle cómo están sus dos

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Fran Rivera guarda silencio: no habla de sus ex

A Fran Rivera un día le van a matar de un susto. Y es que todo el mundo se empeña en preguntarle cómo están sus dos grandes ex, y eso ya le está comenzando a cansar un poquito. Si ya no está ni con Eugenia ni con la prima Blanca es porque seguramente no querrá saber nada de ellas. Es como si a la Infanta Elena le interrogaran en todos los actos oficiales por su querido Jaime de Marichalar. Al fin y al cabo, todavía es su marido.

Para Fran, es oír el apellido Martínez de Irujo y casi sale corriendo. Eso es lo que le pasó en un acto en Ronda, donde asistió a una visita el mismísimo Rey. A los periodistas no se les ocurrió otra cosa que preguntarle por Blanca y por Eugenia. Pero aún fueron más allá cuando incluso osaron a pronunciar los nombres de Gonzalo Miró y Julio Aparicio, al que se ha relacionado con su última ex y que, aprovechando las circunstancias, se ha embolsado unos millones con una exclusiva en Hola. Sus evasivas son ya antológicas.

La vida sentimental de Fran está ligada por todos los costados a la Casa Alba. Primero, tras tener unas cuantas novias, se casó con Eugenia, la mujer de su vida. Pero el matrimonio no duró mucho y pronto cada uno siguió con su vida. Y es ahí donde aparece Blanca, el paño de lágrimas de su prima Eugenia. La joven, divorciada de un italiano, se llevó todos sus secretos a casa de Fran. Ellas ya no hablan de Fran en público. Él parece que tampoco.

A Fran Rivera un día le van a matar de un susto. Y es que todo el mundo se empeña en preguntarle cómo están sus dos grandes ex, y eso ya le está comenzando a cansar un poquito. Si ya no está ni con Eugenia ni con la prima Blanca es porque seguramente no querrá saber nada de ellas. Es como si a la Infanta Elena le interrogaran en todos los actos oficiales por su querido Jaime de Marichalar. Al fin y al cabo, todavía es su marido.