El Chascarrillo
Por
Un jinete ligón y algo metepatas
El parecido era razonable. Los presentes miraban el espectáculo con asombro y buscando similitudes. ¿Sería él? Aún así, y en contra de las malas lenguas, a
El parecido era razonable. Los presentes miraban el espectáculo con asombro y buscando similitudes. ¿Sería él? Aún así, y en contra de las malas lenguas, a nosotros nos cuesta creer que el joven que intentó ligarse en la discoteca madrileña Gabana -con ademanes poco correctos y lenguaje barriobajero- a una conocida abogada, fuera un elegante y caballeroso jinete, muy popular por sus conquistas amorosas además de por los deportivos.
La situación resultó tan embarazosa y molesta que los amigos del muchacho en cuestión tuvieron que intervenir para decirle que dejara en paz a la chica. Porque, entre frases explícitas como “vámonos al hotel”, a la letrada se le subieron todos los colores, que no la libido. Y es que, el seductor del tres al cuarto, volvió a la carga en cuanto se deshizo de sus acompañantes con un “voy un momento al servicio”.
Ella, la abogada, asombrada y molesta con lo que se le venía encima, abandonó rápidamente la sala, y no quiere ni oír hablar del asunto. No es de extrañar: por algo será.
El parecido era razonable. Los presentes miraban el espectáculo con asombro y buscando similitudes. ¿Sería él? Aún así, y en contra de las malas lenguas, a nosotros nos cuesta creer que el joven que intentó ligarse en la discoteca madrileña Gabana -con ademanes poco correctos y lenguaje barriobajero- a una conocida abogada, fuera un elegante y caballeroso jinete, muy popular por sus conquistas amorosas además de por los deportivos.