El marido de Belén quiere seguir poniendo cafés

Lo dijo cuando sólo era el amigo de barrio de Belén Esteban. Lo repitió cuando se hicieron novios y lo remarcó en su megaboda. “No quiero ser famoso. Soy camarero y me gusta mi trabajo”. Ahora ha demostrado que esa declaración de principios era real y no simples palabras que se lleva el viento.

Cuando su televisiva mujer contó que efectivamente estaban a punto de divorciarse -por el momento siguen sin firmar el documento de mutuo acuerdo- Fran no intuía lo que se le venía encima. O, si lo imaginaba, continuó con su vida habitual sin entrar en el juego de desmentidos y apariciones televisivas para contestar a Belén. No ha caído en la tentación de ganar dinero fácil. 

Continúa trabajando junto a su padre en el bar familiar, poniendo cafés y churros a primera hora, menús a mediodía y tapeo nocturno. En la puerta le esperaban los reporteros que querían alguna declaración que explicara su estado de ánimo. Como la situación no cambiaba, aceptó la propuesta de Aurelio Manzano, colaborador de DEC (Antena 3) que le propuso emitir un comunicado.

Así lo hizo y le cedió el copyright para que el reportero lo distribuyera como le diera la gana. No puso condiciones de como debería salir y en que medio. Sólo dijo que no quería retribución alguna por esas declaraciones. Como explicó a Vanitatis “a mí nadie me ha engañado. Él hizo su trabajo. Ni sé lo que le han pagado ni me interesa. Lo único que pretendía era dejar clara mi postura. Nada más”. Ni nada menos. Ahora que hasta el más mínimo sentimiento se comercializa, Fran ha demostrado que la dignidad es su estilo de vida.