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El amor libre de una hippie llamada Antonia Dell’Atte
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El amor libre de una hippie llamada Antonia Dell’Atte

'Vive y deja vivir' parece ser el lema de Antonia Dell’Atte. La eterna ex del Conde Lecquio no quiere saber nada ni de él ni de su mujer. Tampoco

Foto: El amor libre de una hippie llamada Antonia Dell’Atte
El amor libre de una hippie llamada Antonia Dell’Atte

'Vive y deja vivir' parece ser el lema de Antonia Dell’Atte. La eterna ex del Conde Lecquio no quiere saber nada ni de él ni de su mujer. Tampoco Ana Obregón entra en sus temas de conversación, eso sí, sin rencores de ningún tipo. Que cada cual haga lo que considere oportuno, pero a ella que no le pregunten.

Viva la vida y viva el amor, dice la italiana mientras camina hacia la tintorería en chandal, eso sí, sin tacones, que Antonia es mucha Antonia por muy hippie que se ponga. La prensa le pisa los talones, pero es feliz. Su hijo Clemente no está con ella, ya que su nueva faceta laboral como cantante le tiene entretenido allende los mares, aunque eso a su madre, enamorada de la vida, no le importa. Se verán en Barcelona dentro de unos días, cuando el joven regrese de Italia.

Se va por peteneras cuando le preguntan por la historia que ronda en torno al Conde y a la porno star Miriam Sánchez. Vuelve con el amor y la felicidad para todo el mundo. Mejor que cada cual se las apañe y se dedique “a enrollarse con quien pueda”, Antonia dixit.

Sin duda una filosofía de vida que a más de uno le gustaría llevar a cabo. Aunque, sabiamente, Antonia lo advierte: a enrollarse con quien se pueda, no con quien se quiera, que por muy hippie que se haya vuelto, siempre ha tenido los pies sobre la tierra. Pero amor, lo que es amor, lo tiene para repartir a espuertas. Así que este verano, ya lo saben, sigan las indicaciones del Dalai Dell’Atte y practique aquello de “paz y amor”… y “el plus pa’l salón”, que diría alguno. 

'Vive y deja vivir' parece ser el lema de Antonia Dell’Atte. La eterna ex del Conde Lecquio no quiere saber nada ni de él ni de su mujer. Tampoco Ana Obregón entra en sus temas de conversación, eso sí, sin rencores de ningún tipo. Que cada cual haga lo que considere oportuno, pero a ella que no le pregunten.