Parada, el alma de la fiesta en la avería del AVE

El pasado domingo, el tren de alta velocidad (AVE) que realiza el trayecto Sevilla-Madrid se quedó parado durante cerca de dos horas a escasos kilómetros de Córdoba, por causas que aún no han sido precisadas. Entre los seiscientos viajeros que se encontraban en el tren había una nutrida representación del mundo del espectáculo, que venían del Festival de cine y televisión de Islantilla.

Véase, Lluvia Rojo ('Cuéntame'); Myriam Gallego ('Águila Roja') con marido e hija incluidos; Úrsula Corberó ('Física o Química'); Canco Rodríguez y David Castillo (‘Barajas’ y Jonathan en la serie ‘Aída’). No podía faltar José Manuel Parada, que, según los pasajeros del tren, fue el que animó el cotarro para que el ánimo no decayera. Y no era para menos, porque con un sol de justicia, a las dos de la tarde entre Córdoba y Sevilla, mucho había que animar para que no se derritiesen hasta las piedras.

“Había que darle la vuelta a la cosa, porque con los 45 grados de temperatura que había y sin poder abrir las ventanas…” nos contaba el propio Parada. “Los trenes de ahora no son como los de antes, en los que sí se podían abrir...”, decía. Por ese motivo, al final decidieron que lo mejor era bajarse del tren ya que, tras media hora de estar parados, el aire acondicionado dejó de funcionar. "La gente, al vernos a todos (los famosos) allí, me preguntaba si era una broma, si había una cámara oculta...", afirmaba el presentador. Ante esto, él les respondía en tono jocoso: "Pues claro, señora, ha vuelto 'Inocente, inocente', así que póngase guapa y quítese el sudor de la frente, que va a salir en la tele".

Pidieron a las azafatas que les sacasen unas coca-colas, unas cervezas… o algo. Más que nada, por no deshidratarse. Mientras tanto, foto va y foto viene para inmortalizar el momento. Las afatas accedieron a sacar las bebidas y la espera se hizo más amena, al menos para los pocos que, según Parada, tuvieron acceso a las escasas bebidas y bocadillos que había en la cafetería del tren.

Los viajeros estaban encantados de que al menos Parada mantuviera el ánimo alto. Así fue hasta que un TALGO con cabecera de AVE fue a remolcar al primer convoy. Un rato después llegó el tren que remolcaría al segundo, aunque alguno, muy avispado, logró colarse en el primero. Con 45 grados hay que agudizar el ingenio. 

"Imanol Arias y Paula Vázquez tuvieron suerte porque se subieron en el tren anterior", decía el artista, que se quejaba de haber llegado cuatro horas más tarde de lo previsto a Madrid, "y ¡sin comer que estuvimos hasta las ocho de la tarde!". Ahora, tras el accidentado viaje, asegura que se siente un damnificado por el AVE. ¿Volverá a subirse el presentador en un tren?