Humberto Janeiro vuelve a Ambiciones

‘Ambiciones’ vuelve a ser el centro neurálgico de la familia Janeiro. En esta finca vivió sus peores momentos Belén Esteban cuando era una jovencita sin recursos mediáticos. Salió de allí con su maletita y su Andrea en una versión rural de Diana de Gales.

Más tarde, el lugar se convirtió en una especie de concesionario, donde los habitantes entraban y salían cada vez con un coche diferente. Fue también territorio de peregrinaje de un turismo muy concreto que paraba en la cancela para fotografiarse con los reporteros que hacían guardia permanente y, si tenían suerte, con el destello fugaz del vehículo con el Janeiro de turno.

Aunque parezca leyenda urbana, ‘Ambiciones’ figura en los informes secretos sobre terrorismo islámico de la CIA, ya que los ladrones que robaron las joyas de Carmen Bazán formaban parte de una célula de Al Qaeda. ‘Ambiciones’ ya es equiparable a Manderley (Rebeca) o Xanadu (Ciudadano Kane) y vuelve a ser noticia porque el patriarca de la saga más peculiar del colorín, Humberto Janeiro, se ha instalado de nuevo en el que fue el hogar conyugal.

Parece que tendrá restringidas algunas zonas de la casa y terminantemente prohibido llevar a las amigas con derecho a roce. El conocido como galán de merendero ya no podrá cortejar a las ‘angelitas’ de turno en este distrito federal donde reina Campanario y, antes que ella, el tigre Currupipi. Es el precio que tiene que pagar para vivir de gratis total en la versión ubriqueña de Falcon Crest.