Lomana enseña el derrière en el Monasterio de El Escorial

El nuevo referente para la prensa social e inspiradora del lomanismo, Carmen Lomana, tiene un derrière impresionante, redondo y bronceado, de ello dan fe los feligreses que el sábado por la tarde salían de misa de siete de la Basílica del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Lomana, que puede rondar los sesenta es y se sabe hermosa y suele vestir lo último de lo último y además, lucirlo con gracia y elegancia. Para esta ocasión había elegido falda corta vaporosa  en tonos lila y sandalias planas. Los que tuvimos la suerte de estar en el Monasterio a la hora D podemos dar fe de que además, tiene un físico envidiable. 

El suceso que nos ocupa tiene que ver más con lo humano y terrenal que con lo divino, ya que a la viuda del empresario Guillermo Capdevila le jugó una mala pasada el vientecillo juguetón que se levantó en el patio de Reyes del Monasterio escurialense. Con puntualidad inglesa, porque en el recinto sagrado le dan a uno con el portón de la iglesia en las narices si se retrasa dos segundos, entaban Carmen Lomana y acompañante pijo en la Basílica para oír misa. Aunque nadie se percataba de su presencia, el acompañante pijo hacía lo imposible por mirar quién miraba a la rubia Lomana y lucir orgulloso a su lado. Recorrieron el largo pasillo hacia los primeros bancos como si de una pareja de novios hacia el altar se tratara. Él, solícito, le puso una rebequita sobre los hombros porque en misa hay que guardar las formas y además en la Basílica hace un frío que pela. 

Cantaba la espectacular escolanía y Carmen no paraba de mirar hacia arriba, emocionada como cualquier hijo de vecino por la excelencia de las voces blancas de los niños del coro, que nada tienen que envidiar al famoso de la película. La actitud de la famosa coleccionista de moda fue muy respetuosa en todo momento. Se notaba que Carmen está acostumbrada a observar el precepto en domingos y fiestas de guardar. A la hora de comulgar decidió sentarse y también quedarse a escuchar la salve regina que ofreció el coro.

Contestaba a todas las oraciones y jaculatorias, y a la hora de dar el donativo, ambos se mostraron expléndidos metiendo en la cajita de madera que portaba una feligresa un billete de veinte euros, que la vida está achuchá. Conocidas son las declaraciones que Carmen Lomana hiciera a una reportera de televisión en la que diferenciaba a los pobres de toda la vida, esos que están acostumbrados a serlo, y los que ahora se ven afectados cruelemente por la crisis y han de bajar su nivel de vida.

Al salir de misa, ya pasado el episodio del levantamiento de faldita y con mucho cuidado de que no se volviera a repetir, chica y chico se separaron para atender a sus respectivos móviles, que seguro que con el silencio impuesto en tales ocasiones tenían el buzón lleno de mensajes. Fueron andando tranquilamente hasta el pueblo cercano para tomar un cafelito en el Hotel Miranda Suizo. La tarde no había hecho más que empezar.