Shaila Dúrcal reaparece por rancheras

La pequeña Shaila Dúrcal es un encanto. Ha estado en Madrid como madrina de la VIII Edición del Premio de Diseño Gillette Venus, un certamen que se creó hace ocho años para apoyar a los jóvenes diseñadores y ha tenido la santa paciencia de atender durante cinco horas a todos los periodistas que querían preguntarle sobre un tema u otro. Que no todas lo hacen, quede claro.

Tanto les interesaba a los informadores el alumbramiento de su próximo disco 'Corazón ranchero', a punto de nacer en México, como la delicada situación personal por la que atraviesa en relación a la demanda que sus hermanos Carmen y Antonio han puesto a su padre por temas de herencias. Sheila ha manifestado en varias ocasiones que lo que ella quiere es que se cumpla la voluntad de su madre, Rocío Dúrcal. Por otra parte, es lo que siempre han reivindicado sus hermanos mayores, pero éstos dicen que en el testamento precisamente no aparece la voluntad de su madre.

Y Shaila, siempre templando gaitas y aprendiendo con todos estos avatares para cuando le toquen a ella los farragosos temas de testar. Desde luego, adora a su padre y dice que “nunca ha entrado dentro de sus principios ni de su ética demandarle”. Hace tres años que murió su madre, el 25 de marzo de 2006, y la pequeña Dúrcal nunca ha querido entrar en esta complicada situación familiar. Sólo ha pretendido el entendimiento entre unos y otros que hoy parece muy lejano.

La cantante española, más delgada que nunca -tanto ajetreo la ha afinado unos ocho kilitos- se ha fotografiado junto a la miss Eva González, novia que lo es de Cayetano Rivera Ordóñez y que lo fuera de Iker Casillas- con un vestido de un diseñador mexicano muy de su agrado. Ya se sabe el tirón que tienen los modistos latinos desde que Michelle Obama declarara su amor por diseñadores como Narciso Rodríguez o la cubana Isabel Toledo.