En boca callada no entran moscas

Las hemerotecas vivientes de las memorias de muchos ciudadanos aún recuerdan las meteduras de pata de la Infanta doña Pilar en lo que a informaciones familiares se refiere. La primera, cuando hizo público, en abril de 1997, lo que todavía era un rumor sin confirmar: el noviazgo de la Infanta Cristina con Iñaki Urdargarin. «Estamos encantados». Ante aquella indiscreción la Casa Real se vio obligada a hacerlo público oficialmente mediante el consabido comunicado.

La hermana mayor del Rey también metió la pata al reconocer que su sobrina Elena había regresado de Nueva York embarazada, confirmando la 'indiscreción del Rey. A los pocos días, la Infanta tuvo un aborto. No se habían cumplido aún los tres meses preceptivos en el protocolo para anunciarlo...

Visto lo cual, debe pensar su alteza real que en boca cerrada no entran. Y lo ha puesto en práctica en la comida benéfica organizada por la asociación  Nuevo Futuro, que ella preside, en el Mesón de Fuencarral de Madrid. La hermana del rey conversó durante largo rato con un grupo de personas acerca de la labor de la asociación, pero a las preguntas que los informadores le hicieron sobre su familia, y sobre todo con los anuncios de separación de sus hijos Simoneta y Beltrán, respondió de la manera más escueta y meditada posible.

¿La familia? Bien, gracias, y nombró a todas sus nueras, Bárbara, Mónica, Laura... y dijo que estaban estupendas y que se llevaba muy bien con todas ellas. Da gusto con semejante suegra. Del yerno, rien de rien. Doña Pilar había ido a pasar un buen rato con sus amigas del Rastrillo y lo que menos deseaba es que nada ni nadie le amargara la velada con habladurías sobre su familia.