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A Dios pongo por testigo
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El Chascarrillo

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A Dios pongo por testigo

En las dehesas de Ubrique hay una casa llamada Ambiciones. Muy de mañana, una bella joven llamada Belén lucha con su corsé. "No puedo apretarlo más,

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A Dios pongo por testigo

En las dehesas de Ubrique hay una casa llamada Ambiciones. Muy de mañana, una bella joven llamada Belén lucha con su corsé. "No puedo apretarlo más, se me van a salir los higadillos". Esa tarde, los Janeiro reciben a unos familiares llegados de tierras levantinas y las mujeres de la casa se preparan para lucir bonitas.

Belén es la novia del apuesto hijo mayor, Jesulín, que además es el padre de la pequeña Andrea. Viven en la casa familiar porque él se dedica a cuidar del ganado bravo y ella trabaja en unos estudios de televisión cercanos. Son felices... pero esta tarde, un nubarrón se acerca por el horizonte...

Los amigos del pueblo admiran la belleza de Belén. Es una niña consentida que tiene a sus pies a todos -o casi todos- los varones de la zona. A ella le gusta jugar con ellos, coquetear, sentirse deseada. Mientras Belén se lo pasa bomba con sus admiradores, Jesulín tontea por su parte con la prima de Castellón, María José, una belleza morena, de fuerte carácter por la que siempre ha hecho ojllos el ganadero.

Dando un paseo por la parcela de la finca, María José tropieza y cae, torciéndose el tobillo. Jesulín, solícito, ayuda a la joven a levantarse y masajea su pie herido. Surge entonces el amor guardado en los corazones de los jóveves tiempo ha...

Jesús y María José dan rienda suelta a su pasión. Las praderas de la finca son propicias para retozar, las caricias, los suspiros... ¡Ay del campo, Campanario! Belén, que se había alejado de su corte de fieles para buscar a su chico, se encuentra una escena de dos rombos. No puede dar crédito... Jesulín intenta explicarlo, María José se tapa, ruborizada... "Era inevitable... era inevitable", se aleja mascullando.

Belén, enfadada, se vuele a Ambiciones. Llora, despotrica, no se lo explica. La han herido... y en donde más le duele... Enamorada de Jesús hasta la médula, tiene que hacer frente a una vida sin él. La pareja de amantes secretos no han podido evitarlo por más tiempo. Jesulín quiere a otra. Eso es lo que hay, Belén.

La joven madrileña hace las maletas. Ya no tiene nada que la retenga en la finca ubriqueña, tierra hostil. Eso sí, antes de irse, jura y perjura, tomando un puñado de tierra entre sus manos y levantándola hacia el cielo, que su Andreíta jamás volverá a pisar Ambiciones. ¡Y a Dios pone por testigo de su promesa!

 

 

 

 

En las dehesas de Ubrique hay una casa llamada Ambiciones. Muy de mañana, una bella joven llamada Belén lucha con su corsé. "No puedo apretarlo más, se me van a salir los higadillos". Esa tarde, los Janeiro reciben a unos familiares llegados de tierras levantinas y las mujeres de la casa se preparan para lucir bonitas.