El amor acorta las faldas de la Duquesa

Basta con echar un vistazo a los colorines de esta semana para darse cuenta de que a algunos y algunas les sienta de maravilla enamorarse. Tenemos dos ejemplos de tronío. Cayetana de Alba y Ortega Cano.

Sorprendente ha sido el regalito que ayer regalaban las revistas del corazón: Ortega Cano, el amantísimo viudo de Rocío Jurado, está enamorado de nuevo. Y de otra niña Rocío. Y decimos bien, de una niña, que el torero le dobla casi la edad; bueno, un poco menos, que serán 57 los próximos que haga el maestro y -publica Hola-, ella sólo cuenta 35. Se llama Rocío Galán y es hermana de torero.

A Ortega se le ve feliz con su nueva Rocío. Morenaza andaluza, jerezana para más señas, le ha devuelto el amor y el 'brillo' al torero. Pero le ha regalado algo más: la juventud. José, que solía vestir trajes con cortes más clasicos y jerseys normalmente oscuros, aparerce en fotón y medio con una blaiser amarilla sobre camiseta turistica -promociona el camino de Santiago- y chalequito negro. Como si continuara actuando en '¡Mira quién Baila!' se abraza a su juvenil partenaire... y se pierden en la noche. ¡A bailar, maestro!

Tres cuartos de lo mismo ocurre con la duquesa de Alba, a la que su relación con Alfonso Díez le ha quitado 10, 20, 30... unos cuantos años de encima. Si bien es cierto que ella suele ir vestida con una mezcla de colores, dibujos y tejidos imposibles y que suele ponerse el mundo por montera, hoy sorprende por el largo de sus faldas, mini mini, pero que muy minis y su "redefinida" melena al viento.

Del brazo de su amor-amigo-mayordomo, entra, compra y sale de las tiendas más hippies de Ibiza. Siempre con trajecitos minifalderos de seda y mil pulseras tobilleras. Genio y figura, Cayetana, que si con Ortega Cano fueras del brazo, seguro que éste te cantaría: "No me gusta que a los toros, te pongas la minifalda".