Un conocido personaje de la alta sociedad recurre a la magia

La magia no entiende de clases sociales ni colores y está en todas partes. Incluso la malvada bruja de Blancanieves y los siete enanitos se ocultaba tras la dulce apariencia de una anciana para conseguir que la bella Blancanieves se desplomase al probar la manzana envenenada. Pero, aunque pueda resultar extraño a priori, ahora desplumar una gallina, colgarse unas ramas de romero en la cabeza o incluso jugar con las agujas es de lo más normal. Pobres y ricos, folclóricas, herederos millonarios… Todos beben de la magia y sus hechizos para solucionar algún que otro problemilla.