¿Qué vip nacional traicionó a Bill Clinton?

En toda fiesta de postín y renombre, los fotógrafos son los que aguardan en las puertas del casoplón, encargados de inmortalizar las entradas y salidas de los invitados, mientras éstos disfrutan de las delicias que han preparado a conciencia sus anfitriones. El perímetro festivo es complicado de burlar y, sólo en contadas ocasiones, los profesionales gráficos tienen acceso al interior del lugar de la celebración de la convocatoria.

Un ejemplo. Cuando el príncipe Carlos de Inglaterra recibe a Preysler en su palacio de Londres, tan sólo hay lugar para una imagen oficial por el fotógrafo de cámara. Todo viene ya acordado en el contrato económico cuyo destino final son las arcas de la fundación benéfica del hijo de Isabel II. Nada de cámaras de última generación, que caben en un bolsillo. Esta práctica se aplica para evitar sorpresas inesperadas, como la que se llevó la familia Zapatero cuando la fotografía oficial junto a Obama, se convirtió en España en tema de debate público.

Otro de los peces gordos que cobra por aparición, discurso o posado es el ex presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton. La revista Hola publicaba el martes pasado unas fotografías de un grupo de famosos nacionales en casa del millonario matrimonio Rainieri en Punta Cana, muy cerca de la mansión de Julio Iglesias. Mar Saura, Javier Merino, Mar Flores, Cari Lapique, Naty Abascal…todos querían inmortalizar su encuentro con el matrimonio Clinton.

Tanto fue así que alguno de ellos, para asegurar la perfección visual, recomendaban al invitado que ejercía de fotógrafo ocasional que repitieran “por si no salimos bien”. Improvisaban sobre la marcha. Ahora que las fotos han visto la luz pública, muchos se pregunta quien era el paparazzi famoso infiltrado y cómo las fotografías llegaron a las revistas. De haberlo sabido, posiblemente, Clinton no hubiese accedido a posar de tan buen agrado o puede ser que, como a los vip nacionales, también les pueda la vanidad.