'Paquirrín Sin Fronteras', la ONG de Kiko Rivera

Kiko Rivera, el artista antes conocido como Paquirrín, es un hombre con sentido del humor y, según dicen quienes le conocen, una persona muy generosa. Él mismo comentaba con sorna hace unos meses que para sus novias era algo parecido a una agencia de contratación de empleo, pero no es la única buena acción que el hijo de Isabel Pantoja lleva a cabo a lo largo del año.

El hermano de Francisco y Cayetano es el mayor aliado de quienes están a favor de la ley antibotellón. Gracias a él quienes forman parte de su círculo de amigos nunca sabrán lo que es tomarse una copichuela en un parque los fines de semana. Es lo que tiene ser el alma de la fiesta y que las discotecas te quieran en su lista de clientes VIP, en especial si te conviertes en monologista por obra y gracia de La Sexta.

Si ahora las bebidas espirituosas y las portadas de Interviú corren de su cuenta… ¡qué no haría en su más tierna adolescencia! En plena pubertad Kiko estaba interno en Toledo, por aquello de que lo de los libros nunca le gustaron demasiado y su madre quería tenerlo controlado. Para quienes no sacaban buenas notas, los fines de semana eran de retiro espiritual entre las paredes del colegio, aunque también tenían sus ratos para el esparcimiento.

Kiko tenía su videoconsola para esos momentos de asueto, y, como persona generosa que es, lo compartía con los más pequeños que también estaban castigados. Tanto compartía, que en un momento llegó hasta a regalársela a uno de sus compañeros y su madre, a parte del do sostenido, puso el grito en el cielo.

Tantos bolos, tanto pollo a la Pantoja en Cantora para comprarle el juguete al niño y a él se le ocurre regalarlo. Está bien compartir con los que no tienen, pero el regalo ya era excesivo. Es para que a Kiko le pongan una ONG con su nombre. Pero hasta que eso ocurra ‘Paquirrín Sin Fronteras’ sigue ayudando a los más necesitados y sin pedir nada a cambio.