Thalía, atascada por el tráfico de Gallardón

Thalía ha aterrizado en Madrid con un móvil de última generación incorporado. Todos los movimientos, desde la recepción a los miles de fans venidos desde diferentes puntos del globo para la ocasión hasta los breaks entre entrevista y entrevista, constituyen la ocasión perfecta para inmortalizar el momento vía Twitter. Una foto, una frase a modo de resumen o un vídeo iniciatorio para mostrar las costumbres gastronómicas patrias. La cantante mexicana mantiene informados a sus followers de todos sus pasos en la capital.

Aunque aterrizó en España con un importante jet lag, no ha perdido la sonrisa en ningún momento. Ha tenido tiempo de estar en el nuevo programa de Santi Millán, agradecer la gorra que le regalaron con una foto en su página personal de Twitter, y de acompañar por la mañana a Ana Rosa Quintana, a la que también le ha dado las gracias su trato y cariño.

También ha firmado en el libro de honor del restaurante Lucio en el centro de Madrid, donde se dio un buen festín a base de cordero, callos a la madrileña, tortilla de patatas, paella y arroz con leche con el resto de su equipo, y ha estado de shopping para vestir a su hija Sabrina con moda made in Spain. Y de toparse con una manifestación que ha retrasado más de una hora su llegada al hotel Palace, donde se hospeda.

¿Se tratarían de los estudiantes anti Bolonia?¿De los millones de autónomos parados?¿O por el contrario sería la tuneladora secreta de Gallardón, en la que, aunque no sea público, el alcalde se sube y recorre el submundo madrileño propiciando el caos circulatorio como en esta ocasión?