Lolita Flores cambia el coche de caballos por el policial

Es indiferente que una novia ya haya pasado por vicaría. Cuando una mujer se casa, ya sea en primeras o segundas nupcias, no puede evitar padecer unos nervios casi enfermizos que tardan en pasar lo que la noche de bodas en llegar. Si no, que se lo digan a Lolita Flores.

Su primera boda, con Guillermo Furiase, fue una auténtica revolución. El 25 de agosto de 1983 varios miles de personas acudieron a  ver su enlace a la iglesia de la Encarnación de Marbella y fue imposible que se dieran el 'sí quiero' con normalidad. Tuvieron que hacerlo en la sacristía del templo.

Aunque en su segunda boda, este viernes con Palo Durán, no hubo ningún 'si me queréis, irse' (sic) ni avalanchas de curiosos a las afueras del Castillo de Viñuelas, también había nervios, por lo esperado de esta fecha.

Un día antes del enlace, el jueves, Lolita era 'perseguida' por una reportera que quería conocer su estado de ánimo horas antes del intercambio de los anillos y la hija de Lola Flores, entre queriendo contestar amablemente e intentando escapar por los nervios, confundió un coche de la Policía Municipal con un taxi. Ante el asombro de la periodista que presenció la escena, la cantante abría la puerta trasera del coche oficial, ponía cara de circunstancia y la volvía a cerrar. Sin todavía creérselo, se acercó a la ventanilla del agente que iba al volante y se disculpaba  por la equivocación, para seguir en busca de un taxi de verdad, que la sacara de allí.

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