Segrelles, ¿mediadora entre la Esteban y Campanario?

Paloma Segrelles tiene el don y la habilidad de juntar en cualquiera de sus fiestas al azote del Franquismo con el nieto más reaccionario del dictador, por no hablar de la destreza de la hija de la presidenta del selecto Club Siglo XXI para canalizar conversaciones entre ganadores de Eurovisión, ex ministros de Justicia amantes de la cacería, toreros metidos a estrellas de la canción melódica, ex presidentes del Gobierno convertidos en joyeros o empresarios en la cúspide de la bonanza económica.

Si el bautizo de las pequeñas Paloma y Tiziana hace unos meses fue una celebración cuasi de Estado donde Cospedal, Ana Mato y Rato (Partido Popular) bailaron al son de Carmen Calvo, Juan Alberto Belloch o Ibarra (PSOE), la nueva visita que Segrelles y su marido, el empresario Emilio Álvarez, han recibido en su casa de Puerta de Hierro, en Madrid, ha vuelto a desatar el debate en torno a la facultad magistral de poner en práctica la ley de los polos opuestos y su atracción.

Luis Alfonso de Borbón y Margarita Vargas aprovecharon su visita a España para visitar a los Segrelles- Álvarez, con los que mantienen una consolidad amistad desde hace tiempo, junto a los Alacuas o los Ponce- Cuevas. Además recientemente, tanto el hijo de Carmen Martínez Bordiú como Segrelles han visto aumentada la familia con el nacimiento de Luis y Alfonso y Paloma y Tiziana, respectivamente.

Las recientes declaraciones del hijo del fallecido duque de Cádiz sobre el legado de su bisabuelo, Francisco Franco, levantaron ampollas en el sentir general y la percepción popular sobre él se vio realmente afectada. Pasó de ser el prudente de la familia a darle cuartos al pregonero, toda una tradición que, al parecer, ha heredado de su madre. Pero, de nuevo la actitud de Segrelles es realmente sorprendente. ¿Qué pensará Nicolás Redondo, uno de sus infalibles invitados y que fue desterrado a Las Hurdes por el propio Franco, de la amistad de su amiga con el pretendiente a la corona francesa y firme defensor de su bisabuelo?

Algunos afirman que no hay teorías aplicables a la excelencia de Segrelles y que lo que mueve a sus invitados es el verdadero valor de la amistad. Aún así, cuesta imaginar cuál puede ser el hilo conductor de sus conversaciones, ya que, con total seguridad, la política y la religión no son temas tratables en sus predios, por la crispación general que suele producir la diferencia de pensamiento.

Sea como sea, muchos la consideran la nueva Cristina Macaya. Si en verano Mallorca sufre una auténtica macayización con invitados de renombre y de la alta alcurnia internacional, la crónica social en Madrid termina y acaba cuando las Segrelles convocan. ¿Haría posible Segrelles el armisticio entre Belén Esteban y María José Campanario?