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El microclima de Shaila Dúrcal y su marido
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El microclima de Shaila Dúrcal y su marido

Hay gente que no soporta nada bien el frío. Se vuelven irascibles y luego terminan queriendo hablar tan sólo de su libro. No es el caso

Foto: El microclima de Shaila Dúrcal y su marido
El microclima de Shaila Dúrcal y su marido

Hay gente que no soporta nada bien el frío. Se vuelven irascibles y luego terminan queriendo hablar tan sólo de su libro. No es el caso de Shaila Dúrcal y su marido, el mexicano Dorio Ferreira, que, a pesar de pasar una jornada entera atendiendo a los medios, no pierden la sonrisa ni un segundo. Aunque en la calle el termómetro alcance unas cuotas tan bajas como la actividad laboral de María José Campanario.

Pero, bien es cierto que la pareja no lleva nada bien el frío. Ni en España ni en México ni en Los Angeles, ciudad que alberga su nueva casa. Así, para vencer las inclemencias meteorológicas, suben la calefacción hasta los treinta y cinco grados. Ya puede nevar o diluviar, que Shailita, como la llama su marido, y Dorio se pasean a sus anchas en chanclas y bañador en el propio microclima tropical que ambos han creado en su nueva casa.

Una actitud nada respetuosa con el medio ambiente que lo más seguro tenga su respuesta en clave política, como ocurrió cuando Tamara -también llamada Ámbar- se convirtió en la adalid de la laca. Para calmarles, Shaila podrá cantarles una de sus conocidas rancheras que, a buen seguro, calmará su ira. O no. Tal vez, las autoridades sean más de Chayo que de Chaila.

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Hay gente que no soporta nada bien el frío. Se vuelven irascibles y luego terminan queriendo hablar tan sólo de su libro. No es el caso de Shaila Dúrcal y su marido, el mexicano Dorio Ferreira, que, a pesar de pasar una jornada entera atendiendo a los medios, no pierden la sonrisa ni un segundo. Aunque en la calle el termómetro alcance unas cuotas tan bajas como la actividad laboral de María José Campanario.