Tenso enfrentamiento entre los cronistas reales

El último libro de Jaime Peñafiel, El Rey no abdica, aún no había salido a la luz y ya sembraba la polémica en el programa La Noria. Rodeado de otras importantes cronistas de la Casa Real como Pilar Eyre o Mariángel Alcázar, el periodista desentrañaba hechos y datos poco conocidos de la vida del monarca.

Uno de ellos, el supuesto robo de un expediente médico de Don Juan Carlos tras someterse en 1985 a una operación que había permanecido más o menos en secreto, levantó ampollas entre el cronista y Mariángel Alcázar. Peñafiel defendía que en 2004 "se aprovechó un problema laboral para robar el documento", quizá con el fin de evitar que llegase a malas manos.

Por su parte, la periodista mantenía que el cambio del Rey a otra clínica provocó el enfado del médico, que tenía problemas de ansiedad, y que para evitar que llegasen a sus manos los dossieres se trasladaron al Palacio de La Zarzuela, pero que en ningún momento hubo un robo de por medio.

Una versión, según Peñafiel, "muy cortesana" que, como posteriormente señaló a este portal, "no desmiente lo que digo, sino que Mariángel, que a veces es un poco sabihonda, da otra versión, la procedente de los círculos de la Casa Real, que puede traerle consecuencias nefastas por decir que el médico no se encontraba en sus cabales".

El hecho es que los cronistas reales, ya sean oficiales u oficiosos, se enzarzaron en una contienda dialéctica con objeto de descalificarse los unos a los otros.

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