A Bimba Bosé le sienta mal el embarazo

Ahora que forma parte activa del atrezzo de los reportajes de Isabel Preysler, a Bimba Bosé se le ha subido la malla más allá de donde el torso se torna en cántaro de piel. A los reporteros y periodistas que muestran interés por su embarazo, que ya se encuentra en su cuarto mes, la sobrinísima de Miguel Bosé les suelta alguna bordería, comparable a los desmanes de Julián Muñoz.

“Yo estoy bien, ¿y tú? ¿Y tu familia?”, decía con actitud chulesca durante un concierto de su grupo que tuvo lugar la semana pasada al ser preguntada por la buena nueva. "¿Tienes preferencias con respecto al sexo?", le decían. "Eso no se cuenta", respondía ella. Algo malo tenía que tener llevar deportivas y hacerse pasar por holograma.

Una actitud que sorprende a propios y extraños ya que la musa de David Delfín siempre se ha caracterizado por respetar a la prensa, a la que recurre cuando tiene algo que promocionar, sea un concierto, un desfile o un videoclip. No es que la música de Bimba Bosé no interese, pero con la tradición familiar que lleva a sus espaldas tiene más posibilidades de salir en el Financial Times por su uso indebido del chándal antes que por sus aptitudes para el canto.

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