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Elena Anaya, se mira pero no se toca
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Elena Anaya, se mira pero no se toca

El pasado miércoles, tuvo lugar la presentación de un reloj en una lujosa tienda de la calle Ortega y Gasset de Madrid. Al acto acudieron numerosos

Foto: Elena Anaya, se mira pero no se toca
Elena Anaya, se mira pero no se toca

El pasado miércoles, tuvo lugar la presentación de un reloj en una lujosa tienda de la calle Ortega y Gasset de Madrid. Al acto acudieron numerosos rostros conocidos relacionados con dicha firma para conocer de primera mano el nuevo lanzamiento. Champán francés, bandejas de foie desfilando entre zapatos de 5.000 euros, gente de la alta sociedad, directivos de la firma, etc., la fiesta fue un rotundo éxito.

Entre los asistentes VIP se encontraban la modelo andaluza Laura Sánchez y el guapo actor Eloy Azorín. Sin embargo, todas las miradas se centraron en Elena Anaya, la nueva musa de Almodóvar. Vestida con un little black dress, taconazo y el pelo recogido, la actriz lucía espectacular. Sin embargo, pese a ser el centro de atención de la fiesta, Elena estuvo toda la noche rodeada por un reducido grupo de amigos, al que nadie podía acercarse.

Y es que, desde que la saltó el charco y empezó a trabajar en grandes producciones americanas se ha convertido en una “intocable”. Rodeada por guardaespaldas y los representantes de la firma, ningún periodista pudo saludar a la joven. Al igual que ocurrió con aquella ingenua chica de Alcobendas que se fue a hacer las Américas, parece que el éxito americano transforma a nuestras actrices en figuras inalcanzables.

Sin embargo, no todos los spanish que van a EEUU caen en la tentación. Un ejemplo claro es Antonio Banderas. Malagueño de pura cepa, el actor se muestra muy cercano siempre que vuelve a España. 

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El pasado miércoles, tuvo lugar la presentación de un reloj en una lujosa tienda de la calle Ortega y Gasset de Madrid. Al acto acudieron numerosos rostros conocidos relacionados con dicha firma para conocer de primera mano el nuevo lanzamiento. Champán francés, bandejas de foie desfilando entre zapatos de 5.000 euros, gente de la alta sociedad, directivos de la firma, etc., la fiesta fue un rotundo éxito.