La infanta Cristina cae en depresión tras el discurso de Navidad de su padre

Para la infanta Cristina supuso un duro golpe la imputación de su marido en la pieza separada del Caso Palma Arena por el presunto desvío de dinero público a través del Instituto Nóos, pero lo que realmente la llevó a caer en un estado depresivo, según la periodista Pilar Eyre, no fueron los problemas que dichos negocios les han acarreado, sino la pérdida del apoyo y la confianza de su padre, el rey Juan Carlos.

Fue a raíz del discurso navideño de Su Majestad cuando, al parecer, la duquesa de Palma se molestó sobremanera y se entristeció muchísimo por las palabras de su padre al referir aquello de que la justicia era igual para todos. Después de llorar durante una semana, según la periodista, la infanta Cristina se negó a cogerle el teléfono a don Juan Carlos en hasta tres ocasiones en las que éste la llamó a Washington tras enterarse del estado de su hija, a quien no debió de gustarle que su padre no diera la cara por Iñaki Urdangarin.

Eyre señalaba este domingo que, entonces, la infanta Cristina cayó en lo que puede denominarse un estado depresivo. También cambió la relación con su marido y, al parecer, las tensiones entre ellos "llegaron al máximo". Tras este difícil período, la infanta Cristina recapacitó y quiso recuperar el apoyo de su familia, sobre todo el de don Juan Carlos, "como padre y como rey, pues el de Sofía ya lo tenía, ya que ésta fue a verla a Washington". 

Hace una semana ella llamó a su padre varias veces, pero en este caso fue su padre el que no quiso ponerse. Así que, ni corta ni perezosa, se plantó en España, "en un viaje que no estaba programado, primero para conservar su trabajo en La Caixa, y después conseguir un acercamiento con su padre. Fueron horas de tensión pensando si sus padres querrían o no recibirla en Zarzuela, porque la reina no paraba de decirle que no era conveniente".

No hubo comunicado oficial ni imágenes, a petición de los monarcas, que mantuvieron una "reunión muy fría con la infanta", quien horas antes se había mostrado especialmente nerviosa, asegurando incluso, según la periodista, que había adelgazado ocho kilos y que estaba pasando "la peor época de su vida", debido a unas cuestiones "de las que dice no saber nada", apunta Eyre, al tiempo que dejaba claro que la duquesa de Palma "ha dejado de contar con el apoyo de su hermana, la infanta Elena, y de los príncipes de Asturias".