Martín Rivas, un pijo en el metro

Miércoles 15 de agosto por la tarde, día de la virgen de la Paloma. En la estación de metro de La Latina de Madrid se agolpa la gente que ha ido a disfrutar de las fiestas de la virgen en el conocido barrio; las personas que quieren volver a su casa tras una buena juerga. Entre las docenas de pasajeros que se agolpan para coger el metro nadie esperaría encontrar a un famoso. Lo más habitual es que huyan de este tipo de bullicios por temor a ser reconocidos. Sin embargo, entre la multitud está Martín Rivas. El joven actor, como si fuese un turista más castizo que nadie, se entretiene con su Iphone mientras espera que llegue el tren y se dedica a hacer fotos a la vía. 

Nadie lo reconoce hasta que llegan unas chicas que, nada más verle, acompañado de una mochila muy deportiva, con unas zapatillas Reebok y una camiseta roja, reconocen al actor de El internado. Él entra en el tren y no se percata, o no quiere percatarse, de los comentarios de las jóvenes. Las tres no pueden estar más entusiasmadas: lo miran de arriba a abajo como si quisieran devorarle y comentan lo guapo que es.

Él, mientras tanto, hace oidos sordos y sigue ensimismado mientras teclea en su Iphone. Nada parece distraerle hasta que el metro llega a la estación de Callao y, justo ahí, se baja. El actor, que próximamente volverá a la televisión gracias a una versión española de la serie Entre fantasmas,  ha manifestado en más de una ocasión que le encanta poder seguir cogiendo el metro, como hacía antes de ser popular. Pero desde que protagonizase la conocida y criticada campaña de los bolsos de LOEWE , en la que se mostraba tan 'pijo' como los demás protagonistas del anuncio, resulta raro verle como un usuario más del metro de Madrid.