El 'ayuno' del Rey en Marruecos

El rey Juan Carlos cumplirá con su promesa y realizará el viaje oficial a Muruecos que se dejó en el tintero cuando tuvo que ser operado de urgencia de una agudización de una hernia discal el pasado 3 de marzo. Esta visita, que durará tres días a partir del próximo 15 de julio, responde a una invitación expresa realizada por el soberano Mohamed VI, con el que don Juan Carlos guarda una estrecha relación, pero se produce en pleno Ramadán.

La llegada del Rey a tierras marroquíes, acompañado de varios representantes del Gobierno, entre ellos el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, coincide con el mes santo de los musulmanes. Este hecho obligará a variar algunos de los rituales de recepción a altas personalidades, a los que está acostumbrado Su Majestad al haberlas disfrutado en numerosas ocasiones –la última en mayo de 2011-. Nada de copiosos almuerzos oficiales ni reuniones –ya sean oficiales o informales- amenizadas con embriagadores licores, ni tampoco la ostentación y el lujo mostrado en este tipo de acontecimientos vitales para mantener unas fluidas relaciones internacionales.

El noveno mes del calendario musulmán está reservado a la introspección, a profundizar en la fe, y lo más característico, al ayuno. Esta práctica, a la que se ven sujetos todos los profesantes de dicha religión, eliminará ciertos actos de la agenda oficial del Rey, quien deberá comer en solitario durante su estancia. Tampoco podrá brindar con su homólogo para cerrar los acuerdos a los que se llegue. Durante los tres días que durará la visita oficial a Marruecos, los dos soberanos acercarán posiciones para tratar de reforzar su presencia en cuestiones económicas, educativas y culturales. Tal y como ha dado a conocer el ministerio español de Asuntos Exteriores, se trata de “un viaje oficial y de trabajo a Rabat", por lo que dejarán para otra ocasión los lujos a los que acostumbran durante este tipo de actividades.